Uno de los muchos efectos adversos que ha enfrentado la industria automotriz y sus consumidores a raíz de la pandemia ha sido el aumento de precio de los autos usados.
El alza de precio ha sido tan dramática, que algunos modelos valen más ahora que cuando eran nuevos.
¿Pero cuál es la razón? En términos simples: la ley de la oferta y la demanda. La pandemia, que impuso normas de distanciamiento social, movió a muchas personas a comprar vehículos para desplazarse a sus trabajos.
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Sin embargo, los cuellos de botella en las cadenas de suministro, el alza en el precio del vidrio y del acero, golpearon la producción de autos nuevos, en todo el mundo.
Ante la poca oferta de autos nuevos, provocada también por la escasez de microcomponentes, los consumidores se volcaron por los seminuevos.
Por su parte, previendo la crisis, compañías automotrices renovaron muchos de sus contratos con compañías de transporte que rentan flotas enteras de vehículos, lo que contrajo la disponibilidad de autos seminuevos en el mercado.
Al ser la demanda más alta que la oferta, los precios comenzaron a dispararse. En algunos casos el sobre costo es de 20 y hasta el 30% de su costo original.
De acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) el incremento en las ventas de autos seminuevos durante 2021 fue de 25%.
Entre los modelos más buscados están el Nissan Versa, el Nissan March y el Chevy Spark. Es decir, modelos de gama baja, pero gran rendimiento de gasolina.
Y es que el aumento en el precio de la gasolina también ha sido un factor determinante a la hora de elegir un auto seminuevo, por lo tanto han subido más algunos modelos que otros.
¿Habrá solución en el corto plazo para el aumento de precios en autos usados?
Sí y no. Sí, porque la producción de autos nuevos en México, así como las ventas, crecieron a doble dígito en Mayo de este año, de acuerdo a cifras del Inegi.
El mes pasado fue la primera vez en once meses que los tres indicadores: producción, ventas, y exportaciones de autos tuvieron un alza.
El crecimiento de la producción de autos nuevos fue de 15%; las ventas subieron 5.2% y las exportaciones 1%, todos comparados con el mismo mes de 2021.
Esto quiere decir que la industria está recuperando poco a poco el terreno perdido. Mientras la tendencia siga, los autos seminuevos o usados tendrán un respiro en la demanda, y por lo tanto los precios deberían bajar.
Sin embargo, la volatilidad energética y el alza de los precios del petróleo, la electricidad, el gas natural y la gasolina, seguirá impactando la producción y la venta de autos en el largo plazo.
A esto se le suma la inflación y el miedo a la recesión que se ve cada vez más cerca: esto provocará que los autos seminuevos o usados continúen como una opción de preferencia para quienes decidan comprar un automóvil.