Los combustibles renovables son una de las apuestas más robustas en lo que respecta a la movilidad sostenible, después de los autos eléctricos. Este tipo de combustibles emiten hasta 80% menos gases de efecto invernadero, gracias a sus orígenes vegetales y animales.
Particularmente en Estados Unidos, la industria de biocombustibles se ha robustecido en años recientes, en buena medida gracias a los incentivo que ofrecen para su producción. Estados como California, por ejemplo, mandatan que hasta el 40% de las gasolinas que se despachan en gasolinera tengan hasta 40% de etanol, un tipo de alcohol destilado del maíz.
En México, no obstante, el desarrollo de estos combustibles sigue siendo limitado. De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía, nuestro país tienía hasta 2018 al menos 800 biodigestores, de los cuales la mayoría está fuera de operaciones.
Los biodigestores son dispositivos que, como su nombre indica, transforman el gas metano, el dióxido de carbono, y otros gases, a través de la biodigestión anaerobia. Este proceso genera calor y electricidad con hasta 80% menos emisiones de CO2.
Pese a su retraso, se estima que nuestro país tiene un potencial de hasta 3000 megawatts a través de la biodigestión. El mayor potencial estaría en el aprovechamiento de residuos vegetales y animales que producen granjas de ganado vacuno y porcino a lo largo y ancho del territorio.
Expertos aseguran que el aprovechamiento de estos recursos abriría un enorme potencial en la generación de biogás en nuestro país, posibilitando el ingreso de inversiones por un lado, y del desarrollo de una cadena de biocombustibles por el otro.
A pesar de esto, expertos aseguran que hoy por hoy se producen unos 114 millones de metros cúbicos de biogás, lo que es una cantidad ínfima para los objetivos de generación de energía limpia hacia 2024.
Potencial del biogas en movilidad
Por otro lado, el biogas tiene un fuerte potencial de introducirse como alternativa a los automóviles eléctricos. Como hemos reportado anteriormente, estos dispositivos presentan diversas desventajas en cuanto a su precio y los costos de mantenimiento.
Por el contrario, los automóviles impulsados por biogás tienen fuertes ventajas de precio frente a los autos impulsados por gasolina. De acuerdo con datos del Departamento de Energía de Estados Unidos, un galón de biogás cuesta un dolar con 16 centavos, mientras que un galón de gasolina tradicional ronda los tres dólares. En México se calcula que un litro de este energético podría rondar los $13 pesos, frente a los $21 de la gasolina tradicional.
Aunque la producción de autos impulsados por combustibles renovables es limitada al día de hoy, el segmento de transporte comercial por camiones ha adoptado estas soluciones como un sustituto real de la gasolina e incluso la electricidad.
Otros combustibles verdes que se están introduciendo en este mercado son el gas natural, y el hidrógeno. En nuestro país la Asociación Mexicana de Hidrógeno es una de las agrupaciones que se encuentra impulsando su producción y desarrollo. Al día de hoy, cuenta con al menos cuatro proyectos en los cuales la iniciativa privada invertirá unos $1500 millones de dólares.