La nacionalización del litio en México acaso sea una de las decisiones más controvertidas de la presente administración. La rapidez con la cual aprobaron la iniciativa, con 75 votos a favor y 45 en contra, preocupa tanto a nacionales como a extranjeros.
Y es que México no ha sido el único país en tomar esta ruta: Bolivia, en 2008, hizo lo mismo con funestas consecuencias para su industria. Al día de hoy, uno de los países miembros del ‘Triángulo del litio’, no ha podido explotarlo e incluirse en el mercado mundial.
Este resago tiene consecuencias importantes para el mercado de hoy en día, especialmente con los avances de las energías renovables y los autos eléctricos. La crisis del cambio climático puso en el centro de la agencia mundial la necesidad de aplanar la curva de emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, gobiernos de todo el mundo apostarían por tecnologías cero emisiones, como las arriba mencionadas.
Sin embargo, energías renovables como la solar y la eólica precisan un fuerte almacén de energía para ser viables comercialmente. Ese almacén de energía es el litio.
Hoy por hoy, las baterías de litio se han posicionado como la solución preferida para respaldar a las energías renovables y mover a los autos eléctricos. Esto, gracias a las ventajas químicas que presenta el litio frente a otros minerales como el plomo.
Sin embargo, el litio es un mineral difícil de minar y por lo mismo representa una buena parte del costo de un auto híbrido o una planta solar. En este sentido, expertos en minería aseguran que la nacionalización del mineral en México establecería un monopolio incapaz de explotarlo debidamente.
Yacimientos de litio en México 'en la oscuridad'
A esto se le suma que los yacimientos del mineral en nuestro país se encuentran en la oscuridad. A ciencia cierta no se sabe cuánto litio hay en México. De acuerdo a datos del Servicio Geológico Mexicano, en nuestro país hay ochenta puntos con indicios de ser un yacimiento.
Al día de hoy, el mayor yacimiento descubierto hasta la fecha se ubica en Sonora, y es porpiedad de la empresa china Gangfeng. El yacimiento contiene reservas de tres millones y medio de toneladas y empezaría a producir a partir de 2023, diez años después de su descubrimiento.
Al nacionalizarse el metal, la participación de privados en su extracción y explotación desaparecería y dejaría todo en manos de una empresa paraestatal, echando por tierra décadas de avances en la materia.
Especialistas aseguran que para alcanzar la viabilidad, un proyecto de litio requiere de unos $100 a $450 millones de dólares de inversión. De forma que una nueva empresa paraestatal podría requerir décadas para comenzar a funcionar.
Este retraso golpearía severamente al desarrollo de las energías renovables y de los autos eléctricos en México. Puntualmente, para los vehículos, la ausencia de un mercado minero de este metal en nuestro país provocaría escaladas en sus costos de producción y en su costo final para los consumidores.