Las acciones de Tesla cayeron en picada este martes, a medida que sus inversionistas se deshacen de sus acciones después de que Elon Musk, CEO, completara la compra de Twitter.
Las acciones de la compañía se vendían en la bolsa en $900 dólares por acción hasta las 12.40 pm del 26 de Abril. Este precio es ya 20% menor que en Abril 4, cuando Elon Musk reveló que se había convertido en el accionista más grande de la red social.
Después de la compra, anunciada el 25 de abril, las acciones de la automotriz cayeron en picada, sumando una caída del 11% el 26 de abril al medio día. De acuerdo a analistas, una de las razones principales de la caída, es que los inversionistas se sienten defraudados al saber que Musk desviará su atención del mercado de los autos eléctricos.
Y es que, para completar la compra de Twitter en $44 mil millones de dólares, el sudafricano tendrá que juntar $21 mil millones en efectivo. Algunos accionistas especulan que para conseguir esa cantidad, el CEO quizá tenga que vender acciones directamente de la compañía.
Sin embargo, hay una razón más compleja para la caída de Tesla, que suma en pérdidas hasta este martes alrededor de $100 mil millones de dólares. Esta razón es la relación que el CEO guarda con China, como proveedor de baterías y otros componentes para su autos eléctricos.
A su vez, Twitter es una red social prohibida en China, a partir de que proactivamente eliminara cuentas que intentaban subvertir las protestas en Hong Kong. Dado que Tesla manufactura la mitad de sus autos en China, inversionistas temen que este país gane influencia sobre la red social después de la compra.
Jeff Bezos, fundador y dueño de Amazon, es uno de los empresarios que ha cuestionado este conflicto de interés. A pesar de todo, al día de hoy no está claro qué rol tomará Elon Musk frente a la red social. Hasta el momento, ha declarado que quiere transformar a la red en una plataforma real de libertad de expresión.
No obstante, grupos de Derechos Humanos alrededor del mundo han expresado su preocupación por la presencia de discusos de odio en la plataforma. Argumentan que la presencia de Musk en la silla principal de Twitter pueda desactivar o modificar controles diseñados para moderar el discurso y que ayudan a proteger a grupos vulnerables en Twitter.
Deborah Brown, activista de Derechos Humanos de Human Rights Watch expresó a la agencia Reuters:
“La libertad de expresión no es un derecho absoluto. Eso quiere decir que la compañía debe proteger a sus usarios más vulnerables.”
Finalmente, Amnistía Internacional también expresó su preocupación por el futuro de Twitter, y lo que pueda significar que la nueva administración modifique los controles diseñados para moderar el discuso en la plataforma.