En los últimos años, Cuba se llenó de "motorinas", como se les dice a los scooters o motos eléctricas en la isla. Si bien estos vehículos están de moda, también se han convertido en una solución para la población, que sufre problemas de transporte público y escasez de combustible.
"Hay un 'brote' de motos eléctricas, a todos les gustan (...) Llegamos a reunirnos hasta 200 motos, pitando (tocando el claxon), escuchando música", dijo Ernesto José Salazar, de 20 años y quien trabaja en un taller de pintura.
Estos grupos, que comparten su pasión por las "motorinas", realizan convocatorias a través de redes sociales para juntarse y discutir sobre los beneficios de comprar una motocicleta eléctrica.
Asimismo, hacen pruebas de velocidad luego de haberlas "tuneado" o modificado y se pasan los contactos de los mejores talleres.
Además, ya existe los clubs por afinidad o por marca de "motorinas" en Cuba.
Por ejemplo, en la carretera en la que se reunieron el fin de semana pasado había algunas Unizuky, Bucatti y Mishozuki, que suelen llamar la atención por sus colores brillantes y carteles que identificaban a sus dueños.
"El combustible está perdido, hay que buscarlo y hacer buena cola, ahora mismo tener una moto eléctrica aquí es la vida misma", expresó Alejandro Vasallo, de 23 años y propietarios de "Bandolero", una motocicleta marca Nippon.
Motorina o moto eléctrica, una opción frente a la escasez de combustible
Al igual que en varios partes del mundo, Cuba también tiene escasez de combustible, de hecho, choferes y dueños de autos pasaron por una temporada de desabasto principalmente de diésel, ya que el que había estaba siendo utilizado para alimentar los generadores eléctricos con los cuales se completa el sistema energético nacional.
Por tal motivo, las motos eléctricas cada vez se han hecho más populares; actualmente hay unas 300 mil circulando en todo el país, informó a medios de prensa locales recientemente el coronel Mario Ríos Labrada, jefe de Registro de Vehículos de la Dirección Nacional de Tránsito.
También señaló que un tercio de estas "motorinas" están en la capital. En comparación, se estima que hay unos 500 mil automóviles, por lo que realmente ya no es tanta la diferencia entre estos vehículos.
En su mayoría, las motos eléctricas que hay en Cuba pueden costar entre 2 mil y 5 mil dólares y son importadas principalmente de China, pero adquiridas en Panamá por compradores que se dedican a viajar para llevarlas a la isla.
Esta moda ha sido apoyada por las propias autoridades, ya que expresaron las ventajas de tener una “motorina” frente al uso del transporte público, que apenas alcanza el 50% de sus ómnibus en explotación debido a las roturas, la carencia de recursos para repararlos y la propia dificultad para abastecer el combustible.
Así que, por moda o por necesidad, las motos eléctricas ya están cambiando el paisaje urbano en Cuba.
Con información de AP.