En las vialidades urbanas, los motociclistas y ciclistas son de los usuarios más vulnerables del tránsito. A diferencia de los conductores de carros, ellos carecen de una carrocería que los proteja en caso de un impacto, por lo que los accidentes suelen tener consecuencias más graves. De ahí la importancia de que los automovilistas adopten precauciones específicas para garantizar su seguridad y la propia al manejar.
Uno de los puntos más importantes es respetar la distancia de seguridad. Al manejar detrás de una bicicleta o motocicleta, la Secretaría de Movilidad de la CDMX (SEMOVI) recomienda dejar al menos metro y medio de separación lateral y una distancia prudente al frente. Esto permite reaccionar en caso de que el ciclista tenga que esquivar un bache, abrirse por algún obstáculo o frenar de manera imprevista.
Asimismo, es crucial evitar maniobras bruscas como cambios de carril repentinos o giros sin señalización. Los motociclistas y ciclistas necesitan anticipar las acciones de los automóviles para mantenerse a salvo. El uso de las direccionales y la revisión constante de espejos retrovisores ayudan a prevenir incidentes.
Otro aspecto esencial es reducir la velocidad en zonas compartidas. En avenidas con ciclovías, pasos peatonales o tramos donde la circulación es mixta, manejar a una velocidad moderada otorga mayor tiempo de reacción ante cualquier eventualidad. Esto también aplica en zonas escolares o colonias con alto tránsito de bicicletas.
El punto ciego es un riesgo frecuente. Debido a su tamaño, las motocicletas y bicicletas pueden quedar fuera del campo de visión de los espejos laterales. Por ello, se recomienda realizar un “doble chequeo” girando ligeramente la cabeza antes de cambiar de carril o dar vuelta.
Recomendaciones adicionales para evitar accidentes con ciclistas o motociclistas
Además, los automovilistas deben evitar el “efecto puerta”, es decir, abrir la puerta del vehículo sin verificar si se aproxima un ciclista. Esta situación es una de las principales causas de accidentes en calles urbanas.
La cortesía también juega un papel fundamental. Ceder el paso, no invadir ciclovías, respetar los semáforos y dar espacio suficiente en el tránsito diario refuerza una convivencia vial más segura.
