Mazda anunció el día de hoy los planes que tiene en su transición hacia los autos eléctricos; aunque todavía tendrá al motor de combustión en el centro, anunció una inversión de $10.6 mil millones de dólares para el desarrollo de autos eléctricos y producción de baterías.
Dentro de la estrategia, Mazda elevó la proyección de los autos eléctricos dentro de su oferta hacia 2030, misma que será ahora del 40% hacia ese año; la proyección original era del 25%.
Sin embargo, la inversión que tiene planeada (y que inyectará en al menos tres fases cuyos detalles se desconocen todavía) dará como dijimos no sólo para producir autos eléctricos sino también baterías.
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Estos nuevos objetivos llegan prácticamente al mismo tiempo que otros de los rivales de Mazda: Honda y Toyota, quienes están poniendo un énfasis mayor en esta tendencia de mercado, luego de recibir críticas por parte de grupos medioambientales.
También, claramente, pretende capitalizar una tendencia que ha ido en aumento los últimos años. De acuerdo con estimaciones de Deloitte, las ventas globales de autos eléctricos alcanzarán un 32% del total del mercado para 2030.
El plan de Mazda hacia los autos eléctricos
El plan de Mazda hacia los autos eléctricos incluye al menos tres fases de inversión. Será en la segunda fase cuando la compañía comience a producir baterías, y será en la tercera fase cuando lleguen por fin los primeros modelos. Esto sucedería alrededor de 2028 y 2030.
La primera fase de esa inversión estará destinada a la investigación y desarrollo. El presidente ejecutivo de Mazda, Akira Koga, no dio detalles precisos de lo que será esta estrategia tripartita. Por su parte, Akira Marumoto, CEO de Mazda, dijo que:
“Creemos que un enfoque múltiple y una solución en varios frentes será la más adecuada para la compañía. Tendremos al motor de combustión dentro de nuestra oferta, pero introduciremos un nuevo sistema híbrido y mejoraremos los rendimientos del motor ICE”.
Finalmente, los ejecutivos señalaron que Mazda tiene el objetivo de alcanzar ventas por hasta 4.5 billones de yenes hacia marzo de 2026, lo que sería un salto del 45% comparado con su balance fiscal de marzo de 2022.