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Lo bueno, lo malo y lo feo: este es el panorama de los autos eléctricos en México

El panorama de los autos eléctricos en México es incerto: a pesar de sus benificios, el mercado para nuestro país tiene riesgos y retos para el futuro.

Autos eléctricos en México.
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Los autos eléctricos no son tan nuevos como muchos podríamos pensar. En realidad, no son nada nuevos. El primero de todos ellos fue desarrollado en 1832 por el escocés Robert Anderson. Esto quiere decir que el auto eléctrico es de hecho anterior al auto de motor de cuatro tiempos, o del ciclo de Otto (combustión interna), surgido en 1861.

Sin embargo, no fue sino hasta 1880 cuando los primeros autos eléctricos prácticos fueron lanzados al mercado; para 1900 estos dispositivos ya habían provado ser viables y comercializables, pero las limitaciones tecnológicas de la época los hicieron palidecer frente a los motores de combustión, y hacia 1930 esta industria había desaparecido por completo. 

Fue hasta la década de los 70 y 80 cuando el interés por este tipo de vehículos volvió a surgir; y solo hasta después del 2000, con el abaratamiento de ciertas tecnologías como las baterías de litio, que su producción en masa pudo ser viable. 

En México, el primer auto eléctrico entró al mercado en el 2014, de la mano de la japonesa Nissan. El Nissan Leaf fue su gran apuesta para el segmento de autos compactos, y desde entonces este modelo ha permanecido como uno de los autos eléctricos más venidos en nuestro país. 

No obstante, el mercado en México para este tipo de vehiculos es muy reducido y la brecha para una adopción masiva parece cerrarse cada día más. De acuerdo con datos de Statista, en 2021 se vendieron alrededor de 39 mil autos eléctricos e híbridos en México, 60% menos que los registrados en 2020. Además, de todas esas ventas, los autos 100% eléctricos apenas representaron 768 unidades. 

La parte positiva de los autos eléctricos

A pesar de que para nuestro país el mercado de vehículos impulsados por electricidad es muy reducido, estos presentan ventajas notables frente a los motores de combustión. En primer lugar, por sus costos de carga. 

De acuerdo con estimaciones de ChargeNow, los costos anuales en gasolina pueden alcanzar los 46 mil pesos; mientras que los costos de carga de uno eléctrico rondan los seis mil por año, lo que reprsenta un ahorro del 87 por ciento. 

Por otro lado, los autos eléctricos tienen incentivos financieros que pretenden motivar a los usuarios a adoptarlos. Particularmente para nuestro país, una dueño de un carro eléctrico está excento de forma vitalicia del pago de verificación y pueden circular todos los días

De acuerdo a datos oficiales, el costo del ‘holograma excento’ es de 210 pesos y es válido si el conductor reside en Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro, Tlaxcala; el Estado de México y la Ciudad de México. Además, el pago de tenencia y del Impuesto a Automóviles Nuevos (ISAN) también está condonado a los poseedores de este tipo de autos. El ahorro conjunto por la excención de estos tres impuestos puede rondar entre los siete y los 30 mil pesos. 

La parte no tan positiva de los autos eléctricos

Si bien los incentivos financieron benefician en parte al mercado, la explosión de créditos y beneficios mucho más jugosos en mercados como el de Estados Unidos, tiene una parte negativa en México. De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, los créditos y otros incentivos que impulsa T-MEC para el mercado mexicano haría caer en picada las inversiones hechas para los autos de combustión interna. 

Esto provocaría que a partir del 2022 haya una pérdida gradual de inversiones que impactarían en la capacidad de producción de autos de nuestro país. Expertos legales y en comercio exterior concuerdan. El T-MEC impulsa una serie de créditos de hasta 12,000 pesos a los usarios mexicanos que cumplan con ciertos requisitos. De aprobarse esta propuesta el mayor productor de autos de Nortamérica (México) recibiría un fuerte golpe. 

La parte "negra"

A este panorama se le debe de agregar el estado de las energías renovables en el país. A partir de la aprobación de la Ley de la Industria Eléctrica, durante el 2021, proyectos de energía renovable quedaron relegados en su despacho de carga, frente al despacho de las plantas de CFE. Este cambio dinamitó cientos de inversiones en materia de energía solar en nuestro país, paralizando proyectos enteros.

Esto es importante para el mercado de autos eléctricos ya que las energías renovables son necesarias para que los vehículos de electricidad realmente sean ‘verdes’, o sostenibles. Dado que en México el 60% de la generación eléctrica viene de combustibles fósiles (carbon y combustóleo), la electricidad que utilizan los autos en nuestro país es tan contaminante como la gasolina. 

Por todos estos factores, el futuro de vehículos de electricidad en México es incierto. A todo ello se le debe sumar el paso a ralentí con el que la infraestructura de carga rápida avanza en nuestro país. Al día de hoy no hay una cifra exacta de la cantidad de cargadores o ‘electrolineras’ que hay operativas en México. Lo que hcae más difícil la adopción masiva de estos dispositivos.