Hay una razón por la cual se recomienda realizar un servicio a un auto después de los 10,000 kilómetros. Especialmente si es un auto usado, la sugerencia es que se revise incluso ante los 5000 kilómetros.
En promedio, un usuario alcanza los 10.000 kilómetros luego de seis meses de uso del auto. A partir de este tiempo, el auto comienza a sufrir un desgaste a nivel mecánico que se necesita considerar, en orden de maximizar el ciclo de video del vehículo.
No obstante, las revisiones periódicas, y más la de los 10.000 kilómetros, son importantes para incrementar la seguridad ante viajes largos.
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¿Por qué es importante revisarlo después de los 10 mil kilómetros?
En primer lugar los filtros de aceite, gasolina y aire comienzan a llenarse de impurezas, lo que puede bajar el rendimiento de la gasolina y del vehículo en general.
También se pudo haber afectado la alineación y el balanceo del vehículo, por algún golpe o por la vibración que desprende los plomos de las llantas que otorgan balance.
Por eso es también importante revisar las llantas y su estado de degradación, típicamente después de los 10.000 kilómetros se recomienda cambiarlas por entero.
Por otra parte, los sistemas de enfriamiento del auto, como su radiador o termostato, pueden estar desgastados más allá del límite.
Esto podría ocasionar un sobrecalentamiento del vehículo, especialmente si es un viaje largo.
Finalmente, después de la marca de los 10.000 kilómetros, el aceite y otros lubricantes del motor tienen un desgaste considerable y un grado de oxidación mayor, por lo que ya no otorgan un desempeño óptimo de las piezas metálicas.
En una degradación severa, los metales del motor podrían comenzar a rozar entre sí y soldarse a causa del calor. Esto provocaría un ‘amarre’ del motor, lo que seguro te dejaría tirado.
Mantenimientos preventivos, cruciales para la seguridad y el desempeño
Por todas estas razones es que es importante realizar el servicio después de la marca de kilometraje mencionada.
Con un servicio de estos se cambian comúnmente los filtros; se realiza alineación y balanceo; se verifica el estado de las llantas y se reemplazan los lubricantes y líquidos enfriadores.
También, algunos componentes como bandas de transmisión, o incluso el estado del parabrisas, pueden verse corregidos en una revisión de esta clase.
Se trata pues de mantenimiento preventivo que ayudará a prolongar el ciclo de vida del vehículo y la buena salud de su motor, sus suspensión y transmisión.
Esto ayuda también a evitar gastos de mayor envergadura ante una falla o un quiebre mecánico real, que implicaría un mantenimiento correctivo.