Bosch, el gigante alemán de ingeniería, autopartes y soluciones de telemática alertó sobre los riesgos de “apostar todo por el todo” hacia los autos eléctricos; Markus Heyn, jefe de movilidad de la compañía, dijo que esta tendencia de la industria tiene grandes riesgos y es “corta de miras”.
El ejecutivo opinó esto en una entrevista el lunes pasado para el Stuttgarter Zeitung, uno de los diarios alemanes más importantes.
Heyn afirmó que la rápida y agresiva transición hacia los autos eléctricos tiene muchos riesgos que hay que considerar. Citó en primer lugar el alza en los precios de la energía, especialmente el gas natural en Europa.
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Como hemos reportado con anterioridad, Rusia cerró de forma indefinida el Nord Stream 1, un gasoducto que pasa por Ucrania y que entrega al menos el 60% de todo el gas que consume Europa.
Al iniciar la invasión a Ucrania, y sobre todo después de las sanciones de Occidente a Rusia, Putin decidió “cerrar las llaves” del gas, aludiendo a un “desperfecto” en el gasoducto; una jugada que muchos consideran una vendetta.
De acuerdo con Markus Heyn, esto es una prueba fehaciente de las consecuencias que puede tener la dependencia a una sola fuente de energía, alertó sobre no hacer lo mismo con los autos eléctricos.
“En la industria automotriz deberíamos utilizar esta oportunidad para preguntarnos qué vamos a hacer si en un futuro cercano hay muy pocas baterías en el mercado”, dijo el ejecutivo.
La respuesta está en la diversificación
Como analizamos en este texto, el monopolio que tiene China en la producción de baterías crea varios problemas de mercado que son urgentes resolver.
Por un lado eleva los precios de las materias primas, dada la alta demanda y la baja disponibilidad y los altos costos de minería de litio, cobalto, grafito, zinc, materiales que son vitales para la producción de baterías.
Por otro lado, China es uno de los países más atrasados en materia de monitoreo de emisiones, economía circular y métodos de reciclaje de baterías.
Ante esto, en América y Europa se ha iniciado la construcción de varias plantas productivas de baterías con una amplia capacidad, pero no estarían funcionando hasta 2025.
Por todo esto, Bosch considera que la alternativa está en la diversificación hacia otras fuentes de energías renovables.
De acuerdo con Markus Heyn, el hidrógeno sería una de las opciones más a la mano, ya que se está utilizando sobre todo en camiones de transporte de largo alcance, pero el hidrógeno también es viable en autos personales.
Otra opción serían los combustibles renovables. Por todo lo anterior, Bosch ha dicho que seguirá invirtiendo en el motor de combustión interna durante otros 20 o 30 años.