Entre las marcas más reconocidas a nivel mundial y ligadas al motociclismo, una de ellas es KTM (Kraftfahrzeuge Trunkenpolz Mattighofen). Este fabricante es de Austria y el proyecto se fundó en la década de 1930.
En sus inicios, KTM no acostumbraba fabricar motocicletas, sino que se dedicaba a reparar estos vehículos de dos ruedas. Sin embargo, en cuanto comenzó a crear sus propias máquinas, rápidamente destacó por la inmensa calidad y la innovación que estaban llevando a cabo en el mundo motero.
Así, KTM, conforme pasaron los años, se consolidó y pasó a ser un fabricante especializado en las competencias off-road, como en el motocross y el enduro.
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En el presente, KTM tiene presencia en Europa, el continente americano y en otras partes del mundo donde sus motocicletas gustan por ese aspecto agresivo que ya es algo muy característico. Pero para lograr eso, la compañía tuvo que crear una primera motocicleta. Aquí en De Cero a 100 te la presentamos.
Así era la primera motocicleta de KTM
La primera e histórica motocicleta de KTM que dio de qué hablar fue la R100. Este modelo se lanzó en 1953 y dio inicio al crecimiento y la popularidad mundial de la marca austriaca.
La moto KTM R100 destacaba por tener un excelente rendimiento, ser confiable y sobre todo asequible para las personas que requerían de un medio de transporte para moverse por la ciudad.
El diseño de la primera motocicleta de KTM, la R100, para aquel momento ya presentaba un aspecto robusto. También era bastante sencilla, ya que contaba con un motor monocilíndrico de dos tiempos refrigerado por aire.
En cuanto al desplazamiento de la KTM R100, este era de 98 CC, que con eso era suficiente para moverse en entornos urbanos. El chasis de esta legendaria moto KTM era de acero, lo cual la hacía muy durable. Además, también era un vehículo motorizado maniobrable e incluso hasta versátil, porque solía usarse en distintos terrenos.
Pero lo que consolidó a esta motocicleta, definitivamente fue que los motociclistas de aquella época confiaron en esta unidad. Aparte, su mantenimiento era barato porque contaba con un equipo bastante simple. Esto, además de que su precio era bajo, hicieron que tuviera un gran éxito comercial.