Autos clásicos

La cultura lowrider y sus autos clásicos se hacen más visibles en la CDMX

El domingo 25 de mayo se realizó otra reunión mensual de los amantes de la cultura lowrider, que son automóviles antiguos modificados. Esto se hace desde mediados del siglo XX.

La cultura lowrider y sus autos clásicos se hacen más visibles en la CDMX
Lowriders Todos los últimos domingos del mes hay una reunión Foto: De Cero a 100

En el suroeste de Estados Unidos, sobre todo en la ciudad de Los Ángeles, California, es donde comenzó la cultura lowrider. Este movimiento está fuertemente apegado con las comunidades chicanas (estadounidenses de origen mexicano) desde mediados del siglo XX. Entonces a partir de las décadas de 1940 y 1950 es una forma de expresión y reafirma la identidad de las familias que tienen presente sus raíces y su pasado con México.

Lo característico de los lowrider, es que son autos clásicos modificados, los cuales en un principio se empezaron a achaparrar (bajando las suspensiones). Así los jóvenes chicanos intentaban hacerse notar en las calles, diferenciándose de la cultura hot rod, que es totalmente norteamericana y se basa en personalizar autos para que sean más rápidos y tengan un estilo agresivo.

Entre los vehículos que se usaban en aquellos años destacan los Buicks, Cadillacs o Chevy Fleetlines. Sin embargo, además de las modificaciones en el sistema hidráulico, los lowrider también se hicieron visibles mundialmente por los trabajos de pintura, la aerografía, los interiores llenos de detalles e incluso por videos musicales donde aparecen este tipo de máquinas.

En la Ciudad de México (CDMX) se organiza mensualmente una reunión en el Monumento a la Revolución. A este evento, como se explica en propagandas que se dan a conocer en páginas de Facebook que difunden el movimiento, como la de Lowrider LA Calle, “todos los clubs están invitados”.

Siempre vas a querer más para tu lowrider

Siempre vas a querer más para tu lowrider
Créditos: De Cero a 100

Los últimos domingos de cada mes a los alrededores del Monumento a la Revolución, a eso de las dos de la tarde, automóviles clásicos con pinturas brillantes comienzan a llamar la atención de las personas. Los vehículos se estacionan y sus dueños dejan que los interesados tomen fotos. Incluso hay quienes hasta dejan subir a extraños a los asientos del conductor.

En la década de 1960 se comenzaron a fundar clubes de lowrider, como el Imperial Car Club, uno de los más famosos y respetados. En México, fue en la década de 2010 que este movimiento empezó a tener mayor visibilidad, sobre todo en la periferia de la CDMX.

El señor Jesús Madrid, es una de las personas que acude con su familia a este evento desde hace unos tres años; en 2022 se celebró la primera reunión en esta parte de la Ciudad de México, con únicamente unas cuatro unidades. En Ecatepec, Estado de México tiene su taller mecánico llamado Maen, donde modifica carros lowrider. Explica que él y su hijo, Daniel Madrid, tienen poco tiempo en la cultura.

Lowriders Monumento a la Revolución
Créditos: De Cero a 100

Acerca de talleres especializados en autos lowrider, comenta el señor Madrid que en el Valle de México casi no hay. Él es mecánico desde niño, pues fue un oficio que lo aprendió por su padre. De hecho, ahora disfruta modificar carros antiguos con su hijo, quien sabe de sistemas hidráulicos para que estos vehículos reboten, rocen el suelo, se levanten, etcétera.

Daniel Madrid, cuenta que el Cadillac Fleetwood 1993 que tiene lo compró en Chihuahua, pero que otro carro, un Lincoln, ese lo modificó en el taller familiar hasta convertirlo en un lowrider. “Le compré hidráulicos y lo pinte”, explica el joven, quien nunca ha ido a Estados Unidos, pero es un apasionado de esto relacionado con la industria automotriz.

En cuanto al costo que puede llegar a tener un coche para convertirlo en lowrider, Daniel, quien siempre soñó tener un Cadillac, dice que se pueden conseguir modelos desde los 100 mil pesos, pero que para modificarlo no existe una cantidad exacta. “Obviamente se puede ajustar a tu presupuesto, pero siempre vas a querer más y más”, dice.

Lowrider no es una moda, es un estilo de vida

Lowrider no es una moda, es un estilo de vida
Créditos: De Cero a 100

Gonzalo Pestaña acude al Monumento a la Revolución también desde Ecatepec, conduciendo y robando miradas con su Lincoln de color blanco. Él ha estado inmerso en la cultura lowrider desde niño. “Mis jefes me llevaron al Gabacho y ahí agarré todo el estilo de vida”, explica.

Vivió más de 15 años en Carolina del Norte y allá trabajaba en un taller de lowrider. Menciona que la cultura es más visible en el país de las barras y las estrellas. Se dio cuenta de esto cuando regresó a México. Era 2008 y en las calles veía pocos lowrider. Sin embargo, explica que conforme han pasado los años el movimiento ha crecido.

Gonzalo, sobre las reuniones mensuales, comenta:

“La finalidad es pasar un buen domingo con la familia y enseñarle a la gente la cultura lowrider. Yo siempre le he explicado a los interesados que esto no es una moda, que esto es un estilo de vida. Por eso empezamos a organizar el evento”.

Nos gusta la misma cultura lowrider

Nos gusta la misma cultura lowrider
Créditos: De Cero a 100

Jonathan Calderón Montes es de la Ciudad de México, vive en la Alcaldía Coyoacán, en Santa Ursula Coapa. Su lowrider es un Chevrolet Fleetline Deluxe 1950. Tiene dos años con su unidad, y porque se dedica a la restauración de unidades antiguas con sus tíos y papá decidió modificarlo desde cero.

El taller familiar de Jonathan se llama Two Brothers México y está en la colonia Adolfo Ruíz Cortínez, al sur de la CDMX. Explica que su negocio recibe todo tipo de carros, pero que prefieren arreglar y personalizar autos antiguos.

“Gracias a estos eventos nos hemos conectado entre gente que nos gusta la misma cultura: pintura, sistemas hidráulicos, airbags, rines. Entre nosotros nos vamos apoyando”, menciona Calderón Montes.

Jonathan, también dice que al acudir al Monumento a la Revolución ha podido conocer gente de distintas partes del Valle de México, incluso hasta de San Luis Potosí.

Autos lowrider en CDMX
Créditos: De Cero a 100

Su gusto por la cultura lowrider, al igual que Gonzalo Pestaña, le surgió por haber vivido en Estados Unidos. De hecho, su hermano tiene un negocio de este tipo de carros en Carolina del Norte. “Yo quise traer este movimiento acá a la Ciudad de México”.

El próximo evento lowrider en el Monumento a la Revolución, tomando en cuenta que se hace el último domingo de mes, sería el 29 de junio de 2025. Es una excelente oportunidad para admirar los carros y conocer esta cultura que surgió en los años 40.

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