Para nadie es un secreto que el Gran Premio de México se ha convertido en una de las fechas más esperadas en el calendario anual de la Fórmula 1, y más aún si consideramos que uno de los pilotos más importantes de la parrilla es mexicano. Sin embargo, los buenos tiempos de celebración nacional terminaron de manera abrupta en los 70, a causa de un accidente en el que se vio involucrado un perro y a la desesperada afición que no pudo controlar su emoción.
El domingo 25 de octubre de 1970 tuvo lugar el Gran Premio de México en un muy rústico Autódromo Hermanos Rodriguez. Se dice que aquel domingo cerca de 200 mil personas llegaron al lugar.
Como era de esperarse, el lugar lucía abarrotado y por tal motivo, los asistentes decidieron ocupar cualquier espacio para sentarse a disfrutar de la carrera, poniéndose en peligro por su cercanía con la pista.
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Debido al alboroto, pilotos de la talla de Pedro Rodriguez trataron de invitar a la gente a que se tranquilizaran, pues ni la policía podía intervenir. Desafortunadamente esta situación provocó que la carrera se retrasara por más de una hora.
Un suceso inesperado
Aproximadamente a las 3:45 de la tarde la lucha por el podio mexicano empezó, y además de la expectativa por conocer quién se quedaría con el segundo lugar del campeonato, hubo un suceso que marcaría a nuestro país como uno de los Grandes Premios más desafortunados de la historia.
Mientras el piloto británico Jackie Stewart se encontraba recorriendo la vuelta número 33, se encontró de frente con un perro que rondaba la pista; sin embargo, debido a la velocidad que llevaba, no pudo eludirlo y desafortunadamente este falleció a causa del impacto.
Stewart no tuvo más remedio que retirarse de la pista después de la shockeante escena que acababa de vivir. El tres veces campeón del mundo solo atinó a mencionar repetidamente: “Golpeé un perro, golpeé un perro”.
Después de ese día, la FIA decidió retirarse de nuestro país por algunos años debido al terrible y muy triste accidente en el que Jackie Stewart y un perro fueron los protagonistas durante el GP de México.
Más de una década después, en 1986, el Gran Circo regresaría a nuestro país nuevamente, una vez que se adaptaron las medidas de seguridad necesarias para salvaguardar la vida de pilotos y asistentes a este evento lleno de adrenalina.
Afortunadamente, después de ese y otros sucesos catastróficos relacionados con la seguridad, la F1 ha establecido ciertos estatutos respecto a la seguridad que han permitido que sucesos de este tamaño solo formen parte de la historia que marcó a la máxima categoría del automovilismo en sus primeros años.