Max Verstappen, el dos veces campeón del mundo de la Fórmula 1, fue uno de los competidores más duros en la reciente edición de las 24 Horas de Le Mans virtuales. Es bien sabida su afición por las carreras de simulación, y en especial por la mítica carrera de resistencia. Incluso ha dicho que en un futuro le gustaría correrla junto a su padre, Jos Verstappen.
Sin embargo, su actuación en la reciente carrera se vio ensombrecida por un berrinche del piloto y en un estallido de rabia, luego de que la carrera tuviera que ser detenida en repetidas ocasiones por problemas de seguridad.
Corriendo para el Team Redline, Max Verstappen llegó a liderar la carrera, sin embargo, las constantes interrupciones y banderas rojas de la carrera lo obligaron a quedarse detenido en boxes hasta 7 horas, lo que desató la santa furia del piloto.
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“Lo llaman mala suerte, pero es pura incompetencia. Ni siquiera pueden controlar su propio evento. Es la última vez que participo en él, ¿qué sentido tiene?”, dijo el piloto en redes sociales, declaraciones que han recogido medios de comunicación alrededor del mundo.
La ira de Verstappen hacia la carrera se vio exponenciada cuando el de Red Bull no pudo completar su carrera y se le fue, una vez más, la victoria de las manos. Sin embargo sucedió algo que lo enfadó aún más: los ganadores fueron los pilotos del otro carro de Team Redline: Felipe Drugovich, Felix Rosenqvist, Luke Bennett y Christ Lulham.
Verstappen estalla contra las 24H de Le Mans virtuales
Max Verstappen no soportó ver ganar a sus compañeros de equipo y estalló con rabia contra el evento.
"Te preparas durante cinco meses para intentar ganar esta carrera, lideras e intentas ganar la carrera, ¿para que gestionen la carrera así? Es una broma, honestamente. Ni siquiera puedes decir que sea un evento. Es un espectáculo de payasos", dijo.
De acuerdo con Gérard Neveau, productor ejecutivo de las 24 Horas de Le Mans virtuales, el problema se dio a partir de que muchos usuarios de la carrera compartieron con el público las direcciones IP de los servidores, lo que los hizo colapsar.
"Esto nos debilitó y fuimos objeto de algunos problemas de seguridad que provocaron la desconexión global de todos los competidores. Nunca debería suceder si las direcciones IP están bien protegidas", confirmó.
De esta forma, la ansiada victoria en Le Mans se le escapó de nueva cuenta a uno de los pilotos más geniales, pero también más temperamentales, del mundo del deporte motor.