Con el objetivo de hacer las carreras más intensas en donde veamos adelantamientos y maniobras con mayor frecuencia, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) presentó un nuevo conjunto de reglas técnicas que entrarán en vigor para la temporada 2026 de la Fórmula 1.
En primer lugar, los monoplazas serán más ligeros y compactos. El peso mínimo se reducirá alrededor de 30 kg, quedando en 768 kg, y las dimensiones disminuirán respecto a los modelos actuales. Además, los neumáticos serán más estrechos. Esta reducción en tamaño y peso busca que los autos sean más maniobrables, lo que teóricamente facilitaría los adelantamientos, especialmente en curvas y zonas de frenado.
Desde el punto de vista aerodinámico, la gran novedad es la desaparición del sistema tradicional de DRS (Drag Reduction System). En su lugar, los coches contarán con aletas activas, es decir, alas delanteras y traseras móviles; capaces de cambiar su configuración de “alto apoyo” para curvas, a “bajo apoyo / baja resistencia” en rectas.

Esto ayuda a reducir la turbulencia que dificulta que el auto de atrás mantenga agarre cuando sigue muy de cerca y, con ello, facilita que los autos se mantengan próximos en zonas donde antes era casi imposible seguir pegado a un rival.
Para sustituir la ventaja artificial que hoy ofrece el DRS, la FIA estableció un sistema de impulso eléctrico llamado “Manual Override Mode” (MOM). Si un piloto se encuentra a menos de un segundo del coche que va adelante, podrá desplegar un extra de potencia eléctrica mediante la MGU-K, lo que le otorga un impulso en velocidad en rectas, ayudando a concretar un adelantamiento.
Por otro lado, la nueva unidad de potencia también cambiará su naturaleza, se abandona un componente (MGU-H) y se aumenta mucho la potencia eléctrica, para acercar el sistema híbrido a un reparto cercano al 50/50 entre motor de combustión y eléctrico.
Los adelantamientos no están garantizados para la siguiente temporada
Esto abre la puerta a estrategias muy distintas en carrera: gestión de energía, recuperación en frenadas, uso táctico del impulso eléctrico, lo que podría generar adelantamientos inesperados, incluso en curvas o en zonas hasta ahora poco propensas al sobrepaso.
Sin embargo, esta revolución no garantiza automáticamente más adelantamientos. Existen dudas sobre si la combinación de aerodinámica activa, gestión de energía eléctrica y diseño del coche será suficiente para superar algunos de los problemas tradicionales, por ejemplo, la dificultad de seguir a otro auto sin perder agarre en curvas, o el desgaste distinto de neumáticos tras maniobras agresivas.