En el mundo del automovilismo, la seguridad y las condiciones técnicas de los circuitos son factores determinantes para que se puedan disputar carreras de Fórmula 1. La Federación Internacional del Automóvil (FIA) es la encargada de establecer los estándares y certificaciones que deben cumplir los trazados, siendo el Grado 1 la categoría más alta.
Un circuito con homologación FIA Grado 1 está autorizado para albergar Grandes Premios de F1. Para conseguir este estatus, el trazado debe cumplir con exigentes parámetros de diseño, seguridad e infraestructura. Estos incluyen dimensiones mínimas de la pista, anchura de rectas, extensión de escapatorias, calidad del asfalto, protecciones contra impactos, instalaciones médicas y accesos adecuados tanto para pilotos como para el público.
El proceso de evaluación es realizado por inspectores especializados de la FIA, quienes verifican que el circuito pueda soportar la velocidad y las demandas técnicas de los monoplazas de la máxima categoría.

La escala de homologación de la FIA va desde el Grado 6, para competiciones de karting, hasta el Grado 1. Existen también grados intermedios, como el Grado 2, válido para categorías como la Fórmula 2 o el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), pero no para F1. Esto significa que, aunque un trazado sea moderno y seguro, solo el Grado 1 garantiza que pueda recibir oficialmente la máxima categoría del automovilismo.
Los circuitos deben mantenerse al día con los parámetros de la FIA
Además, los estándares no son estáticos, la FIA actualiza sus requerimientos conforme evolucionan la tecnología de los autos y los protocolos de seguridad. Por ello, muchos circuitos deben someterse a renovaciones o modificaciones para mantener su certificación. Ejemplos recientes incluyen cambios en escapatorias, la introducción de barreras TecPro más avanzadas y mejoras en los servicios médicos disponibles en pista.
A nivel global, no todos los países que desean organizar un Gran Premio logran cumplir con las condiciones para obtener el Grado 1. El costo de construcción o remodelación de un circuito puede superar cientos de millones de dólares, debido a que se requieren infraestructuras de primer nivel, tanto en pista como en áreas complementarias, como paddock, hospitalidades y tribunas.