Todo aquel que anda en bicicleta sabe o alguna vez ha escuchado hablar de Lance Armstrong, el ciclista de ruta que ganó siete veces consecutivas el Tour de Francia (1999 a 2005). También, quien aún no tenga claro quién es, quizá recuerde unas pulseras amarillas que se pusieron de moda alrededor de 2004, las cuales traían la leyenda Livestrong y fueron lanzadas por la marca deportiva Nike, con la finalidad de apoyar la fundación de este “súper atleta” que años atrás había vencido el cáncer testicular, por lo que el dinero recaudado de las ventas se ocupó para apoyar la investigación de dicha enfermedad.
Pero años más adelante, cuando confesó sus mentiras en el programa de Opra Winfrey, todo se vino abajo para el ciclista oriundo de Texas, Estados Unidos. De esa forma, todos los rumores que había alrededor de Lance Armstrong, salieron a la luz y se supo que para conseguir sus victorias se dopaba, siendo una especie de conejillo de indias del medico Michele Ferrari (no fue el único ciclista con el que experimentó).
Entre las reacciones que hubo, ya que todo el mundo hablaba de esto, hicieron mucho ruido las palabras del tenista serbio Novak Djokovic: “Es ridículo negar la evidencia, ya que había miles de pruebas. Es una vergüenza para el deporte tener a un deportista como Armstrong […] Ha engañado a mucha gente en el mundo con su carrera, con su historia […] Merece sufrir. He perdido confianza en el ciclismo igual que le ha pasado a mucha gente. Yo lo seguía antes. A todos los grandes campeones. Pero ha habido tantos escándalos ya”.
Pero en 2008, tres años después de que había anunciado su retiro del ciclismo profesional, meses más adelante regresó a las carreteras con el equipo Astana y después con el RadioShack. Su plan era seguir luchando contra el cáncer, demostrando que era invencible. No obstante, sin doparse no alcanzaba el pódium, pero su ego y la forma en que ocultaba y negaba sus mentiras seguían de pie.
Por eso un video que lanzó el colectivo de ciclismo urbano Mash SF en 2009 llamó la atención, ya que algunos de sus ciclistas (algunos de ellos incluso eran bicimensajeros) viajaron a Texas para pedalear con quien aún era considerado el mejor ciclista estadounidense de todos los tiempos. Lo llamativo y las razones porque algunos ciclistas siguen viendo mal este video, es porque, aparte de que la mayoría no traía cascos, usaron bicicletas fixed gear o de piñón fijo para pedalear “sin precaución” y de una forma “irresponsable” por la ciudad de los Estados Unidos.
El video, aunque es poco conocido, forma parte de las mentiras de Lance Armstrong; basta con esperar a ver el final, para darse cuenta de las caras del grupo de ciclistas amateurs, quienes admiran los siete maillots amarillos del Tour de Francia.