UNA SANA RISA PARA LOS AMANTES DE LINCOLN

VIDEO: Jim Carey y su divertida parodia de Lincoln y Matthew McConaughey

Jim Carey hizo una parodia a la serie de comerciales para Lincoln del actor texano Matthew McConaughey, que al día de hoy, después de ocho años, siguen siendo geniales. Aquí los videos.

Brotes de existencialismo a bordo de un MKZ
Una parodia de Jim Carey a los autos Lincoln.Brotes de existencialismo a bordo de un MKZCréditos: De Cero a 100
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Hacia 2014, cuando Lincoln estaba presentando su serie de autos de lujo MK, entre los que destacan el sedan MKS y la SUV MKZ, Matthew McConaughey, famoso actor conocido por su papel en Interstellar (2018) o The Dallas Buyers Club (2013) grabó una serie de comerciales para Lincoln que fueron memorables. Pero lo fueron tanto, que Jim Carey, el gran comediante canadiense, no se resistió y tuvo que hacer una parodia de ellos para Saturday Night Live.

En los comerciales, Matthew McConaughey aparece muy reflexivo, hablando consigo mismo sobre temas casi casi existenciales y mientras lo hace, maneja uno de los increíbles Lincoln.

Los comerciales tienen una paleta de color más bien fría y tienen un tono por demás sobrio, ideal para los gestos secos del actor, que adereza con un tono de voz en bajo tono y un poco arrastrado que es inconfundible de él. 

Viéndolos fríamente, los comerciales son cómicos y un poco exagerados. Los gestos y perfiles de Matthew McConaughey son demasiado histriónicos y estilizados al grado de que compiten con la belleza del auto: nada más alejado a la realidad de los conductores de los autos Lincoln.

Ni aquí ni en China, nadie anda por la vida hablándose a sí mismo y manejando como lo hace McConaughey en los comerciales para Lincoln. Esta cualidad cómica de los comerciales fue la que explotó Jim Carey para su parodia que es tan hilarante que, después de verla, los comerciales del actor texano se ven aún más graciosos y exagerados.

La parodia de Jim Carey, con su toque de buen gusto (a pesar de todo)

La parodia de Jim Carey se estrenó en el programa Saturday Night Live en octubre de 2014, varios meses después de que Matthew McConaughey ganara su Óscar a mejor actor por la película Dallas Buyers Club, ya que en aquel año la ceremonia se llevó a cabo en marzo. 

De modo que la parodia de Jim Carey tocó a un actor muy respetado y recientemente laureado; quizá por eso fue aún más ácido. En el video podemos ver a Jim Carey manejando un Lincoln con un gesto seco igual al de McConaughey y dice:

“A veces en la vida tienes que retroceder para ir hacia adelante: pero no me refiero a retroceder como perseguir fantasmas, sino a algo más grande. Un gran paso hacia atrás, como ser un actor ganador de un Óscar y luego hacer un comercial para autos”.

Continúa haciendo referencias a la carrera del actor texano: “Hubiera tenido más sentido hacer el comercial para Lincoln después de El abogado (película que en inglés se llama The Lincoln Lawer) pero tú no compras un Lincoln porque tenga sentido hacerlo: sino porque son autos geniales… o porque eres un conductor de Uber”.

Los gestos de Jim Carey y sus pantomimas son tan acertadas que por momentos olvidas que se trata del comediante y pareciera de verdad el propio McConaughey.

Carey remata con otra línea genial, pero que tiene en el fondo una broma de buen gusto: “¿Por qué manejo un Lincoln? ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Si sólo somos insectos flotando en el vacío; en última instancia, somos un error, la humanidad debería de extinguirse”.

El brote de pesimismo absoluto hace parodia a uno de los diálogos de True Detective, la serie policíaca de HBO creada y escrita por Nic Pizzolatto y dirigida por Cary Joji Fukunaga, y en cuya primer temporada aparece Matthew McConaughey en uno de sus papeles más memorables: el de Rust Cohle, un atormentado detective que tiene brotes de pesimismo y que dice cosas tan extrañas e irritantes que su compañero policial (Woody Harleston) apenas lo soporta.

Al final de todo, la parodia de Jim Carey a los comerciales Lincoln de Matthew McConaughey resulta en una sana carcajada y en una amistosa broma entre colegas que uno como espectador, agradece. Sobre todo porque al final, y después de un soliloquio sin sentido, aparece un niñito detrás del auto y le dice a Jim Carey: "Papá, ¿están bien? ¡Vas a manejando a 10 kilómetros por hora!". 

Jim Carey voltea a ver a la cámara y remata con su último gran chiste "¡Nada mal para un Lincoln!"