El camión de la basura forma parte de nuestra vida cotidiana, estamos acostumbrados a que este vehículo pase por nuestros residuos hasta la puerta de nuestro hogar, de modo que solo basta con sacar el bote y listo, nos olvidamos de la basura.
No obstante, el camión recolector de basura, que normalmente se anuncia con una campana, no siempre existió en México.
Con la llegada de los españoles, la capital del país, entonces denominada Nueva España, era un lugar sucio y pestilente, de acuerdo con los historiadores.
Ello porque no había una cultura de recolección de basura, de hecho, era común que los desechos se aventaran por las ventanas o balcones hacia las calles, incluida la materia fecal.
Esta situación comenzó a provocar enfermedades como la viruela y la tifoidea, sobre todo en las personas de bajos recursos.
¿Quién implementó el camión de basura en México?
Fue hasta el siglo XVIII, en el gobierno de Juan Vicente de Güemes Pacheco y Padilla, segundo conde de Revillagigedo, cuando comenzaron a aplicarse las primeras reformas relacionadas con la salud.
En 1790, Güemes Pacheco y Padilla dispuso a un grupo de personas a limpiar la capital; además, impulsó programas educativos en los que se le enseñó a la gente a hacer sus necesidades fisiológicas en sitios especiales.
Luego solicitó la construcción de drenajes y más tarde, estableció el servicio de recolección de basura.
Así, el virrey instauró el carro de la basura. Había dos tipos de vehículos, uno que era denominado el de las inmundicias y otro que era el de la basura.
Además, con ambos carros también llegó el sonido de la campana, que se utilizaba para que los vecinos supieran que tenían que sacar su basura.
No obstante, muchas personas siguieron arrojando sus residuos por los balcones e incluso los carros de basura dejaban los desperdicios en los sitios que no estaban destinados para hacerlo.
Por lo que fue todo un reto instaurar la recolección de basura en México.
Esto poco a poco se fue transformando hasta llegar a lo que hoy conocemos como el camión de basura y aunque han pasado cientos de años, en realidad muchos ciudadanos aún no comprenden la importancia de no tirar la basura en la calle o separarla.
¿Qué pasa con la basura cuando se la lleva el camión?
Todos los residuos sólidos, sean orgánicos o inorgánicos, se "van a una estación de transferencia, donde se trasladan de los camiones de basura a vehículos de gran tonelaje."
Ya en la estación, si los residuos fueron separados correctamente, es decir, en orgánicos e inorgánicos, tendrán destinos diferentes.
Los residuos orgánicos se destinan a la generación de compostas, con las que se mejoran los suelos de camellones, áreas verdes de redes viales, parques y jardines de la ciudad, informa la Sedema.
Según la dependencia ambiental, en la CDMX se acopian 1,487 toneladas diarias de estos residuos.
Mientras que los inorgánicos se envían a una planta de selección, a fin de recuperar materiales como:
- Plástico
- Papel.
- Cartón.
- Vidrio.
- Aluminio.
- Fierro.
- Cobre.
- Periódico.
Sin embargo, si la basura no fue separada adecuadamente, solo será eso, basura, y no podrá ser reutilizada.
Por ende, estos residuos terminan en rellenos sanitarios o a cielo abierto, lo que puede provocar contaminación en el aire, el suelo y el agua.