Nuevamente, agencias de seguridad y servicios de vigilancia de todo el mundo están pendientes de los restos de un cohete chino que se espera caiga este fin de semana a la Tierra.
El cohete chino, denominado Long March 5B, posee una masa estimada de unas 20 toneladas y viaja sin control a una velocidad de 28 mil kilómetros por hora hacia nuestro planeta.
Según los últimos datos de su monitorización, los restos del cohete entrarán en la atmósfera terrestre en algún momento de este fin de semana entre las 13:53 del sábado y las 05:53 del domingo, hora de México; sin embargo, las estimaciones más certeras solo se podrán hacer unas pocas horas antes del reingreso.
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Los cálculos de los expertos, a partir de observaciones y modelos matemáticos, apuntan que los restos del vehículo, en el caso de que no se desintegre por completo en la atmósfera, caerían probablemente en el océano.
Por tanto, las posibilidades de que la caída sea sobre superficie terrestre son muy bajas, confirma a Jorge Lomba, jefe del departamento de Espacio del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).
La caída del cohete chino se seguirá EN VIVO aquí:
No obstante, podría afectar al espacio aéreo, como alertó ayer la Agencia Europea de Seguridad Aérea, por lo que es importante vigilarlo.
El Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST) está coordinado permanentemente por el CDTI y tiene varios servicios en marcha, entre ellos este, ya que vigila objetos que vagan sin control y que podrían reentrar en la atmósfera terrestre.
Aunque la coordinación global de este organismo se hace desde el CDTI, es Italia el país que coordina la monitorización del Long March 5B. Para ello se nutre de mediciones de telescopios y diversos radares.
Cohete chino 2022: Cuál era su objetivo
El cohete chino, que despegó el pasado 24 de julio de la isla de Hainan, tenía como objetivo transportar un módulo a la estación espacial orbital china, pero tras completarla, está dando vueltas a la Tierra.
A medida que el cohete vaya perdiendo altura en su órbita elíptica, se podrá reducir la incertidumbre y ajustar la hora y el lugar de la caída de los restos, en el caso de que no se desintegre en su totalidad al colisionar con el escudo de la atmósfera terrestre.
Esta no es la primera vez que una nave china está vigilada por la comunidad internacional, pues en mayo del año pasado también un cohete (Long March 5B) alertó a los servicios de vigilancia de todo el mundo; este terminó desintegrándose casi en su totalidad y los restos cayendo en el océano Índico, sin causar daños.
Tres años antes, en abril de 2018, el laboratorio orbital Tiangong 1, que estaba en desuso desde 2016 y que vagaba sin control por el espacio, también fue monitorizado; este reentró en la atmósfera terrestre sobre el océano Pacífico sur, también sin causar daños.