En las últimas horas se ha hecho público el terrible momento que pasaron el Principe Harry y Meghan Markle, luego de que abandonaran un evento al que habían asistido en la cuidad de Nueva York. La pareja había asistido a los premios Women of Vision Awards, pues la esposa del hijo del Rey Carlos, recibiría un premio durante la velada.
Según reportes de diferentes medios, la pareja abandonó el recinto al término del evento, siendo acompañados por la madre de Markle, Dorian Ragland y su actual pareja.
Al subirse a la camioneta que los llevaría a su siguiente destino, los duques se percataron de que cerca de 6 automóviles estaban detrás de ellos, sin embargo, estos conducían sin las luces encendidas, por lo que el riesgo de un accidente aumentaba significativamente.
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Desafortunadamente, y con el único objetivo de conseguir fotografías de los Royals, los paparazzis estuvieron detrás de la camioneta por cerca de dos horas, provocando multas de tránsito por el exceso de velocidad, e incluso que los reporteros se pasaran los semáforos en rojo y que circularan por las banquetas con tal de alcanzar a la Harry y Meghan.
El sitio ABC de España, señala que de acuerdo a algunos testimonios, uno de los autos de los reporteros estuvo a punto de atropellar a un policía que se encontraba en la zona, no obstantes, afortunadamente no hubieron víctimas fatales en esta ocasión.
Como era de esperarse, luego de la terrible situación en la que estuvieron envueltos los duques de Sussex, un portavoz emitió un comunicado en el que asegura que acercarse a las figuras públicas jamás debe ser motivo para dejar la seguridad de lado, tal y como ocurrió en Nueva York.
“Esta persecución incesante, que duró más de dos horas, resultó en múltiples colisiones cercanas que involucraron a otros conductores en la carretera, peatones y dos oficiales de la policía de Nueva York. Si bien ser una figura pública conlleva un nivel de interés del público, nunca debe ser a costa de la seguridad de nadie. La difusión de estas imágenes, dada la forma en que fueron obtenidas, fomenta una práctica altamente intrusiva y peligrosa para todos los involucrados”.
Por supuesto este hecho no deja de recordarnos la manera en la que la Princesa de Gales y madre de Harry, Diana, murió luego de ser perseguida por paparazzis en Paris, el 31 de agosto de 1997.
Sin duda este tipo de historias no deberían repetirse bajo ninguna circunstancia, pues tal como lo explica el comunicado, la seguridad debe ser lo más importante.
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