Muchos capitalinos pasan demasiadas horas diarias en el transporte público de la Ciudad de México (CDMX), sobre todo en el Metro, por lo que es muy común ver imágenes de usuarios durmiendo plácidamente en los vagones, aprovechando el trayecto para llegar descansados a sus oficinas o para relajarse al término de su jornada.
Aunque pareciera ser una actividad completamente inocente, lo cierto es que aquellos que tienen el sueño profundo y que se quedan dormidos incluso cuando el vagón terminó su recorrido y se dirigen a zonas de acceso restringido, se enfrentarán a severas consecuencias.
La Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México señala que está PROHIBIDO accesar a zonas de acceso restringido de aquellos lugares en los que se preste un servicio público:
Te podría interesar
“Ingresar a zonas señaladas como de acceso restringido en los lugares o inmuebles destinados a servicios públicos, sin la autorización correspondiente o fuera de los horarios establecidos”
Las personas que consiente o inconscientemente, dormidas o despiertas, accedan a la zona de hangares del Metro de la CDMX, deberán enfrentarse a las siguientes consecuencias:
- Amonestación
- Multa equivalente de 21 y hasta 30 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA)
- Arresto de 25 a 36 horas
- Trabajo comunitario de 12 a 18 horas
En la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México se establecen algunas restricciones respecto a las multas, pues se dice que en caso de que la persona que haya cometido la infracción fuera jornalera o trabajadora, la sanción jamás podrá ser mayor al importe de su salario diario.
Como si esto no fuera suficiente, recuerda que hay leyendas urbanas en las que se menciona que los dormilones que llegan hasta la zona restringida del Metro CDMX jamás regresan al mundo real, o que incluso se pueden encontrar con figuras antropomorfas que te roban la memoria; ¡ay nanita!
Sea como fuere las razones para no quedarte profundamente dormido en el Metro CDMX sobran, así que la próxima vez que te subas te recomendamos estar ‘con un ojo al gato y otro al garabato’.