El filtro de aire es un componente fundamental para el buen funcionamiento de tu auto, aunque muchas veces se pasa por alto. Su función principal es impedir que contaminantes como el polvo y la tierra entren al motor, permitiendo que solo el aire limpio llegue a la cámara de combustión. Este se debe cambiar cada cierto tiempo, de lo contrario, puede provocar problemas que afectan el rendimiento, la eficiencia y la vida útil del vehículo.
La mayoría de los fabricantes recomienda reemplazar el filtro de aire cada 15,000 a 20,000 km, aunque puede variar según el entorno (zonas polvorientas requieren cambios más frecuentes). Cambiarlo es una acción simple, económica y esencial para el buen desempeño del auto. No hacerlo a tiempo puede afectar tanto tu bolsillo como la salud del motor.
Consecuencias de no cambiar el filtro de aire del motor
Disminución del rendimiento del motor
Un filtro sucio reduce el flujo de aire al motor, lo cual afecta negativamente la mezcla aire-combustible, según la empresa especializada Bosch. Esto puede traducirse en una combustión incompleta, pérdida de potencia, aceleración lenta e incluso dificultades para mantener una velocidad constante.
Mayor consumo de combustible
De acuerdo con el informe sobre eficiencia vehicular de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), cuando el motor no recibe suficiente aire, la computadora del auto inyecta más gasolina para mantener el funcionamiento. Esto eleva el consumo de combustible y puede afectar tu economía a largo plazo. Un filtro muy sucio puede incrementar el gasto en gasolina hasta en un 10%.
Aumento de emisiones contaminantes
Asimismo, la mala combustión causada por la falta de oxígeno puede generar emisiones más altas de monóxido de carbono y otros contaminantes. Esto no solo daña el ambiente, sino que también puede provocar que el auto no pase la verificación vehicular.
Daños al motor a largo plazo
Por último, si no se cambia el filtro cuando ya está excesivamente deteriorado o dañado, pueden entrar partículas al motor, lo que provoca desgaste prematuro de pistones, cilindros y válvulas. A largo plazo, esto puede traducirse en reparaciones costosas o incluso en la necesidad de reemplazar el motor.
