Durante la temporada de lluvias, las condiciones del camino pueden volverse impredecibles y peligrosas. Las inundaciones, el pavimento resbaloso, fallas eléctricas o las dificultades mecánicas son más comunes en esta época del año. Por eso, contar con un kit de emergencia dentro del auto es fundamental para enfrentar imprevistos y mantener la seguridad tanto del conductor como de los pasajeros.
Un buen kit de emergencia para lluvias debe estar adaptado a las situaciones que pueden presentarse. La página web de Michelin México asegura que una linterna impermeable con baterías de repuesto no puede faltar, ya que la visibilidad suele ser menor durante tormentas o apagones. También es recomendable incluir chalecos reflejantes o luces de emergencia para hacerte visible si tienes que detenerte en la vía.
Las herramientas básicas como un desarmador, pinzas, llave inglesa y cinta aislante pueden ayudarte a resolver problemas menores. Además, incluye un cable pasa corriente por si la batería falla debido a la humedad, algo común en días de lluvia. Si tu auto queda atascado, una cuerda de remolque resistente puede ser vital para salir de una situación complicada.
De acuerdo con la Cruz Roja Mexicana, el kit también debe contener botiquín de primeros auxilios, con gasas, vendas, alcohol, analgésicos y tijeras. A esto se suma una manta térmica, especialmente útil si el clima se vuelve más frío y el auto no puede encenderse por algún motivo.
Los elementos que te pueden ayudar en una emergencia
No olvides agregar un impermeable, paraguas compacto, guantes, una muda de ropa seca y bolsas de plástico, que pueden servir tanto para proteger objetos como para mantenerte seco.
En cuanto a necesidades prácticas, es recomendable llevar una botella de agua, algunos alimentos no perecederos (como barras energéticas) y una copia de tus documentos importantes, además del número de tu aseguradora y asistencia vial, todo guardado en una bolsa hermética.
Finalmente, revisa que todo el contenido esté en buen estado y coloca el kit en un lugar accesible, como la cajuela o debajo de un asiento. Un buen kit no solo te da tranquilidad, también puede marcar la diferencia entre un pequeño contratiempo y una situación de riesgo.
