Quedarse sin frenos mientras manejas es una de las situaciones más peligrosas que puedes enfrentar al volante. Aunque es poco común, es fundamental saber cómo actuar con rapidez y calma para evitar un accidente de auto grave. La prevención y la respuesta inmediata pueden marcar la diferencia entre un susto y una tragedia.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), lo primero que debes hacer si notas que el pedal del freno se va hasta el fondo y no responde es mantener la calma y no entrar en pánico. El miedo puede llevarte a tomar decisiones impulsivas, como girar bruscamente o apagar el motor de golpe, lo cual puede ser aún más riesgoso.
Enseguida, bombea el pedal del freno de forma rápida y repetida. En algunos casos, especialmente si el sistema hidráulico ha perdido presión, pero no está completamente dañado, esta acción puede generar suficiente presión para que el freno vuelva a funcionar, al menos parcialmente.

Si los frenos siguen sin responder, debes usar el freno de mano (o freno de estacionamiento) de forma controlada. No lo jales de golpe, especialmente si vas a alta velocidad, ya que podrías provocar un derrape. Según la Fundación MAPFRE, lo ideal es aplicarlo de manera progresiva mientras mantienes el control del auto.
Frena el coche con la caja de cambios
Si tu auto es estándar, baja de marcha poco a poco, por ejemplo, de cuarta a tercera y luego a segunda. Si es automático, puedes cambiar a una marcha más baja como “L” o “2” para aprovechar el freno motor. Esto ayuda a disminuir la velocidad sin depender de los frenos.
A medida que reduces la velocidad, busca una salida segura: un acotamiento, una rampa de frenado (en carretera), o una zona despejada. Usa las luces intermitentes, claxon y señas con las manos para alertar a otros conductores.
Una vez detenido, no intentes seguir manejando, incluso si el auto parece haber “recuperado” el freno. Llama a una grúa o asistencia vial y haz revisar el sistema de frenos por un especialista.