Revisar los espejos retrovisores cada pocos segundos mientras manejas no es una simple recomendación, sino una práctica esencial para garantizar tu seguridad y la de los demás en la vía. Mantener una conciencia constante del entorno que te rodea te permite anticiparte a situaciones de riesgo y tomar decisiones más acertadas.
Al manejar, muchos conductores se enfocan únicamente en lo que ocurre frente a ellos, pero olvidan que el tráfico es dinámico y que los vehículos pueden aproximarse rápidamente por los costados o por detrás. Observar el espejo lateral izquierdo, lateral derecho y central cada 5 a 8 segundos te proporciona una visión completa de lo que sucede a tu alrededor.
Uno de los principales beneficios de esta práctica es la prevención de accidentes al cambiar de carril. Antes de realizar una maniobra lateral, es indispensable comprobar si hay vehículos en el punto ciego o acercándose a gran velocidad. Revisar constantemente los espejos permite identificar esos movimientos con antelación y decidir si es seguro realizar el cambio.
También es clave para detectar conductores imprudentes o motociclistas que se desplazan entre carriles, así como para observar vehículos de emergencia que requieran prioridad de paso. Incluso en situaciones normales, ver cómo fluye el tráfico por detrás ayuda a mantener una conducción más fluida y predecible.
Evita accidentes viendo tus espejos
Además, monitorear los espejos es útil al frenar o reducir la velocidad, ya que te permite ver si el vehículo que viene detrás mantiene una distancia segura. En caso de notar que se acerca demasiado rápido, puedes actuar de manera preventiva, encendiendo las luces intermitentes o moviéndote al carril derecho si es posible.
Durante maniobras como estacionar, salir de un lugar estrecho o incorporarse a una vía, los espejos son tus mejores aliados para evaluar el espacio y el movimiento de otros vehículos. Usarlos de forma constante ayuda a reducir el estrés y evita giros o frenadas bruscas innecesarias.
