El sistema de aire acondicionado de un auto no solo proporciona confort, también influye en la salud de los ocupantes y en el buen funcionamiento del vehículo. Sin embargo, uno de los elementos que suele pasarse por alto en su mantenimiento son los ductos por donde circula el aire. Limpiarlos de forma periódica es fundamental para evitar problemas de salud y fallas en el sistema.
Limpiar los ductos del aire acondicionado del auto no solo mejora la experiencia al conducir, sino que protege la salud y cuida el sistema. Un mantenimiento preventivo siempre será mejor que una reparación costosa.
De acuerdo con LTH México, lo ideal es revisar y limpiar los ductos al menos una vez al año o cada 15,000 km, dependiendo del uso y condiciones ambientales. También es recomendable reemplazar el filtro de cabina en cada servicio, ya que actúa como primera barrera para las impurezas.

Razones para limpiar las rejillas del aire acondicionado
Evita la acumulación de polvo, moho y bacterias
Con el uso y el paso del tiempo, en los conductos del aire se acumulan partículas de polvo, humedad, polen, hongos y bacterias. Esto puede provocar malos olores al encender el aire acondicionado y, peor aún, generar problemas respiratorios, especialmente en personas con alergias o asma.
Mejora la calidad del aire en el interior del vehículo
Un sistema limpio ayuda a mantener el aire dentro del auto más fresco y libre de contaminantes. Respirar aire limpio reduce la fatiga y mejora la concentración del conductor, algo crucial para viajes largos o en trayectos urbanos con mucho tráfico.
Prolonga la vida útil del sistema de aire
Cuando los ductos están sucios, el sistema trabaja con mayor esfuerzo para enfriar el aire, lo que puede dañar el ventilador, el compresor u otros componentes. Según Bosch Car, mantener limpios los conductos permite que el sistema funcione de forma eficiente y alarga su vida útil.
Previene el mal olor en la cabina
El olor a humedad o moho al encender el aire acondicionado suele deberse a la suciedad acumulada en los ductos y al crecimiento de microorganismos por la condensación. Una limpieza adecuada elimina estos residuos y neutraliza los olores desagradables.