Mantener limpio el interior del auto no solo mejora su apariencia, también prolonga la vida útil de sus materiales y mejora la experiencia de manejo. Sin embargo, no todos los productos de limpieza son seguros para su uso en el habitáculo. A continuación, te contamos qué sustancias debes evitar y por qué.
Para cuidar el interior de tu auto, utiliza productos diseñados específicamente para automóviles. Estos respetan los materiales y garantizan una limpieza efectiva sin riesgos. Usar aquellos que sean inadecuados puede causar daños irreversibles a superficies como la tapicería, el tablero o las pantallas.
Productos que dañan más de lo que limpian
Productos con amoníaco
El amoníaco es un componente común en muchos limpiadores domésticos, especialmente los de vidrios. Aunque puede dejar las superficies brillantes, puede dañar seriamente los materiales del auto. Por ejemplo, puede provocar la decoloración o agrietamiento de plásticos y vinilos, además de dañar los recubrimientos antirreflejo de las pantallas táctiles o de los cuadros digitales.
Cloro o lejía
Aunque el cloro es efectivo como desinfectante, es demasiado agresivo para el interior de un vehículo, puede decolorar la tapicería, dañar los tejidos y corroer plásticos o elementos metálicos. Además, su olor fuerte puede permanecer durante días, haciendo incómodo el ambiente interior.
Limpiadores multiusos abrasivos
Muchos productos etiquetados como “multiusos” contienen solventes o partículas abrasivas que pueden rayar superficies delicadas como pantallas, paneles plásticos o superficies brillantes. Según Kavak, estos no están formulados para los acabados de los autos y, en lugar de limpiar, pueden arruinar los materiales.
Productos con alcohol en altas concentraciones
Algunos desinfectantes contienen alcohol isopropílico, que en concentraciones altas puede resecar el cuero, dañar el vinil y deteriorar las costuras. Si necesitas desinfectar, usa productos con menos del 70% de alcohol o soluciones específicas para interiores de vehículos.
Aerosoles sin control de aplicación
Los aerosoles que no permiten controlar la cantidad y dirección del producto pueden rociar en exceso o manchar áreas sensibles como el sistema de audio, botones o sensores. De acuerdo con LTH México, siempre es mejor aplicar los productos con un paño de microfibra.
