El cine de acción ha dejado momentos inolvidables en la memoria colectiva: persecuciones trepidantes, choques espectaculares y explosiones que parecen imposibles de recrear en la vida real. Sin embargo, detrás de estas secuencias, se esconde una realidad poco conocida que es la destrucción de autos emblemáticos que, tras las cámaras, terminan convertidos en chatarra.
Uno de los casos más recordados es el de la saga Rápidos y Furiosos. A lo largo de sus películas, se han utilizado miles de vehículos para rodar escenas de acción. Algunos modelos icónicos, como el Dodge Charger 1970 de Dominic Toretto o el Toyota Supra de Brian O’Conner, han sido replicados varias veces para soportar las exigencias de las tomas. Sin embargo, muchos de ellos han terminado destruidos durante las grabaciones, lo que convierte a cada vehículo sobreviviente en una auténtica pieza de colección.
El cine de James Bond tampoco se queda atrás. El famoso Aston Martin DB5, presentado por primera vez en Goldfinger (1964), es uno de los autos más reconocidos del agente 007. A pesar de que varias unidades originales se conservan en museos o en manos de coleccionistas, durante la filmación de escenas de persecución en entregas posteriores, múltiples réplicas del modelo fueron destrozadas en choques y explosiones.
Otro ejemplo notable se encuentra en El Caballero de la Noche (2008), donde el Batimóvil o “Tumbler” sufrió varios daños controlados en escenas clave. Aunque se fabricaron diferentes versiones para distintos usos, desde persecuciones hasta saltos; algunas fueron completamente destruidas, subrayando el sacrificio material que conlleva la creación de una película de gran escala.
¿Cuáles son los autos más caros que se convirtieron en chatarra en películas?
Aunado a ello, hay autos que fueron destruidos durante la filmación de diversas películas y cuyo valor era muy elevado. De acuerdo con un estudio de la consultora Confused, los ejemplares más caros son los siguientes:
- Porsche 917K, Le Mans (1971), 14 millones de dólares
- Aston Martin DB10, Spectre (2015), valor: 3,6 millones de dólares
- Rolls-Royce Phantom, Iron Man 2 (2010), valor: 493 mil dólares
- Lamborghini Murcielago LP640, The Dark Knight (2008), valor: 354 mil dólares
- Ford Falcon XB GT Coupe, Mad Max 2: Road Warrior (1981), valor: 265 mil dólares
- Aston Martin DBS, Casino Royale (2006), valor: 225 mil dólares
- 1967 Ford Mustang “Eleanor”, Gone in 60 Seconds (2000), valor: 219 mil dólares
- 1941 Lincoln Continental, The Godfather (1972), valor: 209 mil dólares
- 1969 Mercedes-Benz 280SE Cabriolet, The Hangover (2009), valor: 165 mil dólares
- Lamborghini Huracan, Doctor Strange (2016), valor: 165 mil dólares
