Manejar en la Ciudad de México y otras grandes urbes implica enfrentarse a embotellamientos diarios que no solo afectan el tiempo de traslado, sino también el gasto de combustible. El tráfico pesado obliga a frenar, acelerar y mantener el motor encendido durante largos periodos, lo que incrementa notablemente el consumo de gasolina. Sin embargo, existen estrategias que pueden ayudarte a ahorrar sin comprometer la seguridad ni la movilidad.
La Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) recomienda mantener una velocidad constante en la medida de lo posible. Acelerar y frenar bruscamente en el tráfico genera un gasto innecesario de combustible. Conducir de forma más suave, anticipando la circulación y manteniendo la distancia con el vehículo de enfrente, puede marcar una diferencia en la eficiencia.
Otro consejo clave es apagar el motor si el auto permanecerá detenido por más de tres minutos. Aunque muchos conductores piensan que mantenerlo encendido consume menos, la realidad es que el ralentí prolongado gasta gasolina sin necesidad. Los vehículos modernos, en particular los que cuentan con sistema start-stop, están diseñados para apagarse y encenderse con seguridad.
También es importante dar mantenimiento preventivo al vehículo. Un motor afinado, filtros de aire limpios y llantas con la presión adecuada contribuyen a que el auto trabaje de manera más eficiente. Incluso un detalle como un filtro de aire obstruido puede incrementar el consumo de gasolina hasta en un 10%.
Consejos en tu día a día que te harán ahorrar combustible
Planear la ruta antes de salir es otra herramienta eficaz para ahorrar. Aplicaciones de navegación como Google Maps o Waze ofrecen información en tiempo real sobre el tráfico y permiten elegir trayectos más fluidos. Aunque la distancia sea un poco mayor, evitar zonas con congestionamiento extremo ayuda a gastar menos gasolina.
Además, evitar el uso excesivo del aire acondicionado al manejar en condiciones de tráfico pesado puede reducir el consumo. Aunque en climas calurosos es inevitable, lo ideal es usarlo de forma moderada y aprovechar la ventilación del auto cuando sea posible.
Por último, la forma de manejar también influye: no cargar peso innecesario en el vehículo y mantener una conducción defensiva son medidas que favorecen la eficiencia. Cada kilogramo adicional requiere más esfuerzo del motor, lo que se traduce en más gasto.
