Tesla se encuentra en serios problemas: el martes sus acciones cayeron de nueva cuenta para situarse en su nivel más bajo en más de dos años, luego de que se publicara que la planta de Shangai de Tesla estaría produciendo autos eléctricos a un ritmo reducido.
Esto golpeó de nueva cuenta el ánimo de sus inversores, quienes se están deshaciendo de sus acciones Tesla incluso en 'ventas con pérdida fiscal'. A todo esto, se le suma la incertidumbre por la compra de Twitter y la conducta de Elon Musk que alerta a muchos de los inversionistas, ya que consideran que el magnate está distraído con la red social.
Las críticas han sido tan duras, que hasta los más férreos fanáticos de Elon Musk piden su destitución como CEO de Tesla, ya que consideran que ha dejado de funcionar como tal, y que en realidad la compañía se encuentra ‘sin cabeza’.
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La caída de las acciones de Tesla del martes fue de 11.4%, y como dijimos estuvo provocada en gran medida por la noticia de la reducción del ritmo de producción en la planta de Shanghai, que a su vez es producto del aumento de casos de Covid-19.
La caída de las acciones de Tesla del martes fue la peor de todo el año; fue incluso su peor día en ocho meses, y fue la que tuvo el peor desempeño en los índices de referencia S&P 500 y Nasdaq.
Tesla en medio de la ‘tormenta perfecta’
Las acciones de Tesla tienen cayendo todo el año, a tal grado de que la compañía ya ha perdido la mitad de su valor desde principios de octubre. Los inversionistas temen que Elon Musk esté distraído con Twitter.
Asimismo, de forma reciente, y en el marco de la compra de la red social, el magnate vendió en dos ocasiones acciones de la compañía por un valor superior a los 15 millones de dólares para completar los fondos para la compra de Twitter; jugada que los inversionistas de Tesla no le perdonaron.
Ahora, ellos se encuentran vendiendo sus acciones incluso con la llamada ‘pérdida fiscal’, esto se da cuando un inversor vende sus acciones por un precio menor a su valor, para evitar tener una ganancia y así evadir el impuesto sobre la renta.
A esto se añaden las incertidumbres por el Covid-19 en China, el aumento en las tasas de interés, y la rápida y creciente pérdida del valor de los autos Tesla usados, que a su vez afectan la demanda de los autos eléctricos nuevos que salen de la línea de ensamblaje.
A todo ello, las respuestas de Elon Musk han sido tibias: en Twitter aseguró que no venderá acciones de Tesla en al menos dos años; se supo también que se encuentra ya buscando un CEO para Twitter, sin embargo estas medidas han resultado insuficientes.