Uno de los autos más celebrados y vendidos de Porsche, la SUV Cayenne, cumple este año su aniversario número 20.
El modelo, un superdeportivo de cuatro puertas y todo terreno, tuvo en un principio sus detractores, pero con el tiempo se posicionó como un verdadero prodigio de la firma alemana Porsche.
Una de las preguntas constantes entre las mentes de los petrolheads es si la Cayenne es la sucesora del Porsche 959, un deportivo coupé que de igual manera supuso una revolución de ingeniería y para el mundo de las carreras de su tiempo.
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El Porsche 959 fue diseñado para cumplir las exigencias más fuertes del Dakar, pero también para ofrecer una conducción dinámica en la carretera.
La primera velocidad especialmente corta (muy eficaz para la conducción todo terreno) y su chasis ajustable lo volvieron un clásico de la conducción dura.
Y aunque la Cayenne tiene diferencias evidentes, como su tamaño, su diseño en plataforma y sus capacidades de suspensión la volvieron una sucesora natural del superdeportivo 959.
Walter Röhrl, famoso piloto de Rally retirado, y piloto de pruebas de la marca, dijo al respecto de la trascendencia de la Porsche Cayenne en la historia de la firma.
“Este es, quizá, uno de los autos más geniales que hayan sido fabricados en la historia. Al principio piensas que es demasiado grande. Pero luego te das cuenta de que su conducción es simplemente increíble.”
El legado del 959 en la Porsche Cayenne
El paralelismo entre el 959 y la Cayenne inicia con las facultades todo terreno del 959. Su desempeño probado offroad inspiró a los ingenieros de Porsche a hacer un modelo igual pero de cuatro puertas.
Por otro lado, el 959 contaba con un motor biturbo de seis cilindros bóxer que alcanzaba los 450 CV de potencia; la Porsche Cayenne, en su primera generación, contó con un motor V8 de diseño propio que entregó los mismos 450 CV, gracias a la sobrealimentación mediante dos turbocompresores.
Otra característica que la Cayenne heredó del superdeportivo fue la suspensión ajustable, y su tracción en cuatro ruedas ajustable electrónicamente.
Estos elementos le permitían a la Porsche Cayenne cumplir con las cuotas más exigentes de todo terreno, al tiempo que ofrecía una conducción veloz y dinámica en carretera.
Todos sus sistemas contaban con niveles de ajuste sin precedentes para su primer modelo, lo que, en combinación con su potente motor, lo colocaron en un clásico y en un verdadero éxito de ventas.
Finalmente, a 20 años de vida de este extraño híbrido, superdeportivo, todo terreno de gran tamaño, Röhrl explica:
“Si comparas el rendimiento del primer Cayenne con la generación actual (la tercera), solo puedes quitarte el sombrero ante los ingenieros. Es difícil ver autos que sean capaces de evolucionar tanto en el mismo espacio de tiempo”.