Tomando en cuenta que el primer vehículo de automotor registrado oficialmente en la historia data de 1886, México no tardó mucho en acceder a sus primeros automóviles, pues en 1895, es decir, tan solo 29 años después, llegó el primer carro al país.
Carls Benz creó el primer automotor funcional en el mundo, el denominado Benz Patent-Motorwagen, de ahí que Benz sea considerado el inventor del automóvil.
Con ayuda de su esposa Bertha, Benz maquinó un prototipo de 3 ruedas que la misma Bertha terminó de probar al hacer un recorrido de más de 100 kilómetros en él.
A partir de ese momento, el diseño de Benz entraría en auge entres los alemanes, luego en Europa y finalmente, ganaría popularidad alrededor del mundo.
Cuándo llego el primer auto a México
Luego de 29 años de la invención de Benz, en 1895 llegó el primer automóvil a México.
Se trató de una importación realizada por Fernando de Teresa, un joven empresario, ciudadano de la capital del país y quien recientemente había visitado Francia.
De Teresa adquirió un Delaunay-Belleville, un auto francés de lujo que tenía una velocidad máxima de 16 km/h.
El auto fue probado por primera vez un 6 de enero de 1895.
El joven decidió salir por la noche para andar en la ciudad, a fin de evitar molestas y pasar desapercibido, ya que hasta entonces, la gente solo acostumbraba a salir a caballo.
Poco a poco, de acuerdo con medios de la época, las élites comenzaron a comprar autos y a realizar excursiones en las afueras de la ciudad, que en aquel entonces eran sitios como: Coyoacán, Xochimilco y Chalco.
Auge del carro en México
Para 1895, México tenía registrados 136 autos; pero ya en 1906, el parque vehicular sumaba 800 carros.
Se importaron más automóviles de la marca Delaunay Belleville, pero también arribaron a México otras marcas como Benz, de Alemania, Fiat, de Italia, y las compañías estadounidenses Packard y Pope-Toledo.
Al frenesí por la compra de autos en México, se sumó el presidente de la República, Porfirio Díaz, quien adquirió un Panhard 35. H.P., de origen francés.
De acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, “en 1901 se abrió la primera concesionaria y para 1903, se anunció en la prensa la venta de automóviles Oldsmobile en la Ciudad de México.”
Para aquel entonces, comprar un auto era considerado un deporte de ricos, sobre todo por el costo de envío, que elevaba considerablemente los precios del mismo.
De acuerdo con la dependencia, uno de los primeros problemas con la llegada de estos nuevos transportes fue la ausencia de un sistema vial y de carreteras en México, mismas que se tuvieron que ir construyendo poco a poco.