Wiesmann, la firma alemana de autos de lujo con un concepto de boutique, está de vuelta con un roadster totalmente eléctrico: el Project Thunderball.
Desde 1988 Wiesmann ha sido famosa por producir un número muy reducido de autos de superlujo, con motores BMW de su serie M.
Sin embargo, en 2015 la compañía atravesó momentos de seria incertidumbre y su producción se detuvo, cambió de propietario, y apenas ahora está de regreso con una apuesta que apunta a la sostenibilidad.
Te podría interesar
La historia del Project Thunderball tiene sus orígenes hacia 2019, cuando la compañía se encontraba desarrollando el Project Gecko, su primer modelo en más de 10 años.
Como todos los otros modelos de la marca, el Gecko estaría propulsado por un motor de combustión BMW; sin embargo, con la tendencia hacia la electrificación, Wiesmann ponderó lanzar una versión eléctrica del auto.
Ese sería el Project Thunderball. Después de muchos años de incertidumbre, la compañía por fin lanzó su roadster eléctrico con el que se pone a la vanguardia en el segmento, prácticamente libre de competidores.
En el segmento roadster eléctrico sólo se encuentra el Tesla Roadster, y próximamente el Porsche Boxter.
Al respecto del desarrollo de Project Thunderball, Ane Kastner, jefa de marketing de Wiesmann, dijo:
“No fue fácil convencer a todo el mundo de que debíamos centrarnos en la electricidad, pero cuanto más avanzaba el proyecto, más fascinante se volvía. Tenemos personas que han diseñado autos de combustión durante 40 años y de repente les estamos pidiendo que hagan las cosas de manera diferente”.
Las capacidades del Project Thunderball de Wiesmann
El auto cuenta con dos motores eléctricos turbo que le otorgan unos 912 caballos de fuerza; tiene unas 800 libras-pie de torque y es capaz de acelerar de cero a cien en 2.9 segundos.
Su rango de autonomía es de unos 500 kilómetros.
En la parte de materiales, el Project Thunderball de Wiesmann tiene una carrocería de fibra de carbono (al igual que todos los modelos Wiesmann) con un chasis en forma de concha y un tratamiento exquisito de los faros y la parrilla.
El diseño del cuerpo del auto es musculoso y deportivo a la vez; los faros dobles traseros y sus líneas traseras le otorgan una forma muy particular y muy atractiva.
El auto fue producido en Dülmen, Alemania, y sólo se hicieron 1000 unidades para todo el mundo.
Al respecto del producto final, Roheen Berry, propietario de Wiesmann, dijo:
“Esta es la culminación de un sueño; el resultado de años de excelencia en diseño e ingeniería. Realmente creo que no solo hemos creado el automóvil deportivo eléctrico más emocionante del mundo, sino un automóvil tan único que apreciará su valor a lo largo de su vida útil”.
Los interiores y el desempeño del Project Thunderball
En la parte de interiores, el auto tiene un diseño en finas pieles y fibra de carbono en el tablero.
En éste, tiene dos filas de diales analógicos que otorgan un estilo retro al roadster eléctrico, el cual, hace contraste con sus dos pantallas: una en el velocímetro y otra en los mandos centrales.
Finalmente, el auto tiene tres modos de manejo: Eco, Normal y Sport, que tiene diferentes niveles de exigencia para la batería.
Por otro lado, cuenta con tecnología de frenado regenerativo en cinco niveles. Este permite recargar la batería mientras el auto está en uso, a través de una bomba térmica que recupera el calor de la batería y reingresa esa energía a las celdas.
El auto se enciende con un botón, y su manejo es disfrutable aunque no demasiado potente, en opinión de especialistas.