Hace ya 13 años desde que Nissan revolucionó la industria automotriz con el lanzamiento del Nissan LEAF, el primer automóvil 100% eléctrico comercializado a nivel masivo. Este icónico hatchback, que ahora se encuentra en su segunda generación desde su lanzamiento en 2017, dejó recientemente de estar disponible en el mercado mexicano, mientras los fanáticos de la marca esperan con anticipación lo que será la próxima generación del LEAF.
Mientras tanto, Nissan ha sorprendido al mundo con una innovadora solución que podría cambiar la forma en que vemos la movilidad eléctrica y el reciclaje de baterías. En colaboración con la firma japonesa JVC Kenwood, especializada en dispositivos electrónicos, Nissan ha desarrollado un cargador portátil de gran capacidad utilizando celdas de batería de sus vehículos LEAF.
La idea detrás de este proyecto se basa en la investigación de Nissan, que reveló que las unidades más antiguas de la primera generación del LEAF, que siguen en funcionamiento, aún mantienen sus baterías originales, y estas baterías pueden extender la vida útil del vehículo hasta los 12 años.
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Aunque estas baterías ya no pueden alimentar un automóvil, aún son capaces de proporcionar energía para otros dispositivos. Nissan asegura que, a pesar de haber sido utilizadas durante más de una década en el hatchback, estas baterías son igual de seguras que el primer día y respalda su nueva creación con una garantía de tres años.
Este cargador portátil, que puede cargarse en un tomacorriente en aproximadamente 9 horas y media, cuenta con una impresionante capacidad de 633 kWh. Además, ofrece dos tomas de 100 V con una potencia máxima de 900 W, dos puertos USB-C, un puerto USB-A y hasta un encendedor, lo que lo convierte en una herramienta versátil para cargar laptops, teléfonos celulares, herramientas y otros dispositivos de baja potencia.
El enfoque de Nissan en la reutilización de baterías no solo alarga la vida útil de estos componentes, sino que también contribuye a reducir la necesidad de fabricar nuevas celdas, lo que, en última instancia, puede ayudar a mitigar la contaminación asociada con la producción de baterías.