La Ciudad de México ocupa el primer lugar en tráfico vial entre 500 ciudades del mundo y los automovilistas han aumentado 52 por ciento sus tiempos de viaje, lo que equivale a que pierdan alrededor de 152 horas al año, indica un reporte de TomTom Traffic, una aplicación que utiliza información de tráfico en tiempo real de sus usuarios a través de GPS.
Más aún, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) dio a conocer que el costo de la congestión vehicular en 32 ciudades del país genera pérdidas por 94 mil millones de pesos al año, el equivalente a tres veces la inversión proyectada para la Ciudad de México en transporte público de 2018 a 2024.
“Si una persona que trabaja ocho horas diarias tiene que pasar tres horas en el tráfico, está perdiendo calidad de vida; tiempo que podría dedicar a otras actividades. Esto acarrea problemas de productividad y la persona va a estar más irritable; va a trabajar de peor forma y no va a ser tan productiva”, señaló Dante Pérez Méndez, doctor en Ciencia e Ingeniería de la Computación que hizo la tesis doctoral Modelación Computacional de Redes de Movilidad Urbana para resolver el problema del congestionamiento vial para el Instituto de Investigaciones y Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El reporte del IMCO indica que cada persona dentro de las 32 ciudades pierde al año 100 horas, lo que equivale a 11 días adicionales de vacaciones laborales.
Además, uno de los principales problemas que genera el tránsito vehicular es mayor contaminación.
“Es un tema preocupante, porque los contaminantes que expulsan los autos hacia la atmósfera se quedan en la ciudad”, dice en entrevista a de Cero a 100.
“Al ser la ciudad como un cuenco no puede salir la contaminación, queda atrapada y los contaminantes causan problemas, sobre todo respiratorios”, puntualizó el experto.
¿Funcionan los carriles reversibles?
Pérez Méndez, en la investigación que llevó a cabo en el IIMAS de la UNAM, planteó el uso de carriles reversibles, los cuales en la CDMX se usan en horas pico, por la mañana o por la tarde.
“Las observaciones empíricas son que mucha gente del Estado de México va a trabajar hacia zonas como Polanco o el Centro. Entonces, si se hace un carril reversible en esa dirección vas a permitir que el flujo avance un poco más rápido”, explica el Doctor.
“Por ejemplo, en lugar de tener tres carriles, se tendrán cuatro carriles y eso aumenta la capacidad. Igual, en sentido contrario y por la tarde, cuando la gente regresa a sus casas, es interesante tener un carril extra para que la gente salga fácilmente de la ciudad”.
No obstante, el problema con estos carriles fijos es que no contemplan variaciones que se dan en el tráfico de forma natural, por lo que en ocasiones es peligroso. Pérez Méndez, comenta:
“El tráfico al ser un problema multifactorial es impredecible, es decir, puede haber una marcha, puede haber un accidente y el tráfico va a fluctuar, y si fluctúa ese carril reversible no va a funcionar de manera óptima”.
De hecho, lo que el Doctor propuso en su tesis de doctorado, era que los carriles reversibles en lugar de ser fijos se adaptarán a las circunstancias en tiempo real con sensores y cámaras que monitorean el estado del tráfico para tomar una decisión; así se podría saber si realmente valen la pena los carriles.
“De esa manera no vas a ciegas, sino que en lugar de suponer que la demanda o el flujo de autos va a hacer el mismo, cuando se tienen sensores o cámaras tú puedes saber el estado del tráfico”, comenta Pérez Méndez. “Es una forma de usar la tecnología y los algoritmos computacionales para solucionar un problema”.
Si esto se implementará junto con semáforos inteligentes, otra tecnología que se está usando en algunas ciudades, sí podría ayudar a reducir el tráfico. Sin embargo, el doctor hace énfasis que el problema se debe tratar desde la raíz.
