Porsche, ha dado un giro estratégico en sus planes para los próximos modelos Boxster y Cayman. Originalmente concebidos como autos totalmente eléctricos para su siguiente generación, ahora ofrecerán una opción de motor de combustión interna, aunque esta alternativa estará reservada para una selección limitada de compradores.
En una reciente conferencia, el director ejecutivo de Porsche, Oliver Blume, admitió que el ritmo de adopción de los vehículos eléctricos no es el esperado, obligando a la empresa a reconsiderar su estrategia. Como resultado, Porsche se enfocará en incluir más modelos de combustión, especialmente versiones de alto rendimiento que se posicionarán en lo más alto de la gama 718.
Aunque no se han revelado detalles específicos, se especula que los sucesores de modelos icónicos como el Cayman GT4, el GT4 RS y el 718 Spyder podrían mantener sus motores de gasolina de seis cilindros. Mientras tanto, las versiones estándar del 718 seguirán utilizando los sistemas de propulsión eléctrica que la marca ha estado desarrollando.
Se espera que los modelos de combustión sean promocionados como la opción más "emocional" para los puristas, y es probable que sean las versiones más caras. También podrían ofrecer una mejor experiencia en la pista, ya que reportes anteriores sugerían que los prototipos eléctricos tenían dificultades para igualar el manejo de los modelos de combustión salientes.
Más cambios en la estrategia de Porsche
El replanteamiento no se limita a los deportivos. Porsche también ha dado marcha atrás en sus planes para los SUV eléctricos. El Macan, que iba a ser un modelo exclusivamente eléctrico, ahora contará con nuevas versiones de combustión interna e híbridas enchufables antes del final de la década. De igual forma, el SUV insignia de la marca, conocido como K1, que también se había planeado como eléctrico, será ofrecido con motores de combustión e híbridos, descartando la versión 100% eléctrica.
