A lo largo de la historia, seis mexicanos han corrido en la máxima liga de velocidad, la Fórmula 1.
Tres de esos seis mexicanos perdieron la vida en el ejercicio de su deporte. El primero de ellos fue Ricardo Rodríguez, en el primer Gran Premio de México de 1962.
Tras la muerte de Ricardo (hermano de Pedro Rodríguez y hasta la fecha el único piloto mexicano y el más joven en fichar para Ferrari), le siguió la de Moisés Solana, “La estrella negra del automovilismo mexicano”.
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Esto sucedió en 1969, corriendo en un McLaren en la Hill Climb de Valle de Bravo. La última fue la de el gran Pedro Rodríguez, “El ojos de gato”, en 1971.
Esto sucedió en Núremberg, Alemania, corriendo las 200 Millas de Norisring. La llanta delantera derecha se desprendió del Ferrari 512M que manejaba y perdió el control del auto.
Fue una de las grandes tristezas para el automovilismo mexicano y desde entonces el Autódromo Magdalena Mixhuca se conoce como el Autódromo Hermanos Rodríguez.
Lo curioso del asunto es que estos tres pilotos descansan en paz en el mismo cementerio, uno de los más famosos de la Ciudad de México.
¿Dónde se encuentra la tumba de estos tres pilotos mexicanos?
Esto es en el Panteón Español de la Ciudad de México, ubicado en la colonia Argentina, delegación Miguel Hidalgo.
Para los que se mueven en metro, esto es fuera de la estación Panteones de la línea 2, una después de Cuatro Caminos.
Se trata de un cementerio con más de 135 años de historia; de estilo gótico y neoclásico, es también uno de los pocos de la zona que se puede visitar, dejando una identificación y con la promesa comportarse con respeto.
En el panteón, además de estos tres pilotos mexicanos de la F1, descansan otros pocos famosos como Sara García (la abuelita del mismísimo chocolate abuelita y el ícono del cine de oro mexicano); Mario Moreno ‘Cantinflas’, Paco Stanley, Carmen Salinas, entre otras.
El sitio es un bello y sereno cementerio dividido en cuarteles, uno de los cuales tiene por lo menos 1000 tumbas.
En días como hoy, Día de Muertos, recintos como el Panteón Español se llenan de familias que visitan a sus difuntos y dejan tras de sí flores, palabras y promesas.
Con éstas pretendimos dejar un respetuoso homenaje al legado de estos pilotos, y recordarlos por sus victorias en vida.