La temporada 2026 de Fórmula 1 traerá una transformación profunda en los monoplazas: serán más pequeños, ligeros y ágiles. Este conjunto de modificaciones implica que algunos circuitos históricos podrían cambiar significativamente su carácter, los trazados estrechos, con curvas cerradas y poco espacio de escapatoria, podrían volverse escenarios más emocionantes, o más complicados, para los nuevos autos.
Según el nuevo reglamento, la distancia entre ejes de los monoplazas se acortará hasta 3.400 mm (frente a los 3.600 mm actuales), el ancho se reducirá a 1.900 mm (desde los 2.000 mm) y el peso mínimo bajará a 768 kg, 30 kilos menos que en la generación vigente.

Las ruedas mantendrán llantas de 18 pulgadas, pero los neumáticos serán más estrechos, lo que cambiará la dinámica de agarre y desgaste. A su vez, la aerodinámica se simplifica y se reemplaza el sistema tradicional de DRS por alas activas, con reducción de carga aerodinámica y menor resistencia al aire.
Circuitos urbanos o con curvas lentas y reviradas, como Mónaco, se ajustarían bien a coches más maniobrables, la agilidad adicional puede favorecer adelantamientos y maniobras más cerradas, reduciendo la dependencia del alerón trasero o del DRS. Asimismo, otro circuito clásico de curvas técnicas, como lo es Imola, con su combinación de curvas lentas y medias, podría realzar el papel de la tracción y del manejo técnico, beneficiando autos con buen control y agilidad.
Los nuevos autos podrían batallar en algunos circuitos
Por otro lado, los circuitos diseñados para potencia y velocidad pura, con largas rectas y altas velocidades punta, como Monza o el del GP de Bélgica, podrían enfrentar dilemas. La reducción de carga aerodinámica, los neumáticos más estrechos y la menor resistencia aerodinámica podrían mejorar las rectas, pero la menor superficie de neumático disponible y el nuevo equilibrio entre fuerza mecánica y potencia eléctrica podrían hacer que la gestión de energía y el desgaste de neumáticos sean más críticos.
Finalmente, los trazados mixtos o de media velocidad, con curvas de diferentes radios y transiciones de velocidades, podrían convertirse en auténticos laboratorios de la nueva F1. Allí, la versatilidad del chasis, frenos más suaves, neumáticos más delicados y la capacidad de explotar la potencia eléctrica serán clave.