En la Fórmula 1, uno de los escenarios menos emocionantes para los aficionados, pero crucial para la seguridad, es cuando una carrera finaliza bajo “safety car”. Este término hace referencia al coche de seguridad que ingresa a la pista en situaciones de riesgo, como accidentes, presencia de escombros o condiciones climáticas adversas, con el fin de reducir la velocidad de los monoplazas y permitir que los comisarios trabajen en un entorno más seguro.
Cuando una competencia termina bajo esta modalidad, significa que las últimas vueltas se han disputado detrás del coche de seguridad, sin posibilidad de adelantamientos. En ese contexto, los pilotos deben mantener su posición, respetar la distancia mínima y limitar la velocidad hasta que se cruce la línea de meta. Aunque para el público puede resultar anticlimático, esta medida garantiza que no se ponga en peligro a los corredores ni al personal en pista.

La normativa de la FIA establece que el “safety car” permanecerá hasta que las condiciones sean seguras para retomar la carrera. Sin embargo, si el incidente sucede en las vueltas finales y no hay tiempo suficiente para retirar obstáculos, la competencia se da por concluida detrás del coche de seguridad. En esos casos, el orden de llegada se congela desde el momento en que encabeza el grupo hasta la bandera a cuadros.
El safety car puede eliminar la emoción de una carrera
Este tipo de final ha generado polémica en varias ocasiones. Por ejemplo, en el Gran Premio de Italia 2022, la carrera en Monza terminó bajo “safety car” tras el abandono de Daniel Ricciardo en las últimas vueltas. Muchos fanáticos y pilotos expresaron su inconformidad, ya que esperaban un reinicio que permitiera un cierre más competitivo. Sin embargo, la FIA defendió la decisión señalando que la seguridad debe prevalecer sobre el espectáculo.
Aunque el final bajo coche de seguridad puede restar emoción a la definición, también añade un componente estratégico. Los equipos deben decidir cómo gestionar neumáticos y posiciones sabiendo que, si ocurre un incidente cerca del cierre, quizá no haya margen para pelear en pista. Por ello, estas situaciones forman parte del riesgo y la planificación inherentes al automovilismo.