La Fórmula 1, considerada la máxima categoría del automovilismo, ha sido testigo de grandes hazañas y de pilotos que han dejado una huella imborrable. Entre los récords más llamativos está el del campeón mundial más veterano, un título que pertenece al piloto argentino Juan Manuel Fangio, quien se coronó por última vez en 1957 a la edad de 46 años y 41 días.
Fangio, apodado “El Chueco”, dominó la F1 en la década de 1950, logrando cinco campeonatos mundiales (1951, 1954, 1955, 1956 y 1957). Su último título, conseguido con Maserati, lo colocó en la cima como el piloto de mayor edad en consagrarse campeón. Esta marca vigente más de seis décadas después, a pesar de la evolución física y tecnológica de la categoría.
El argentino no solo fue el campeón más veterano, sino también uno de los más consistentes: disputó 51 Grandes Premios y ganó 24, lo que le da un porcentaje de victorias superior al 45%, una cifra que hasta hoy es difícil de igualar. Su estilo se caracterizaba por la precisión, la calma y la capacidad de adaptarse a distintos equipos y coches, lo que le permitió coronarse con cuatro escuderías diferentes: Alfa Romeo, Mercedes, Ferrari y Maserati.
Un récord que tardará en romperse
Comparado con la época actual, los campeones modernos suelen alcanzar la gloria a edades más tempranas. Por ejemplo, Lewis Hamilton consiguió su primer campeonato a los 23 años, y Max Verstappen lo hizo a los 24. La preparación física, las exigencias competitivas y la intensidad del calendario hacen que hoy resulte poco probable que un piloto llegue a los 40 en la F1 con opciones reales al título.
La vigencia del récord de Fangio refleja no solo su talento, sino también una época distinta de la F1, cuando la experiencia y la inteligencia al volante podían imponerse sobre la juventud. Hoy, en una era dominada por la resistencia física, la estrategia de equipo y la tecnología, el legado del argentino sigue siendo un símbolo de longevidad y grandeza.