Toyota, Suzuki, Subaru, Eneos y Daihatsu se han unido en un proyecto especial que pretende impulsar la producción sostenible de combustibles renovables, especialmente aquellos que provienen de la biomasa.
Los biocombustibles pueden provenir de diferentes fuentes: el hidrógeno, las energías renovables, o la biomasa, que es cualquier materia biológica que puede ser transformada en gas combustible, y éste a su vez en una forma de gasolina.
El proyecto de Toyota, Suzuki, Subaru y compañía lleva por nombre Asociación de Innovación en Biomasa para Biocombustibles de Nueva Generación.
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El proyecto se instauró desde el primero de julio, y tiene como objetivo impulsar la producción sostenible a lo largo de toda la cadena de valor de los biocombustibles.
¿Cuál es la intención de Toyota, Suzuki y Subaru?
De forma particular, el proyecto pretende evaluar los diferentes métodos de producción que sirvan mejor para alcanzar la neutralidad de carbono.
Esto incluye el uso de hidrógeno y de combustibles sintéticos hechos con electricidad renovable.
Pero también incluye al bioetanol, un alcohol combustible que proviene del maíz y que ha tenido gran éxito en la cadena de valor de los biocombustibles.
La eficacia de esta forma de biomasa ha sido incluso avalada por el IPCC, el panel intergubernamental para el cambio climático.
Sin embargo, sigue siendo esencial la descarbonización no sólo del combustible en sí, sino de toda su cadena de producción.
El proyecto de Toyota, Suzuki y Subaru tendría exactamente este doble propósito: impulsar el uso y adopción de biocombustibles, y encontrar los modos de producción más eficaces para alcanzar la neutralidad de carbono en todo el proceso productivo.
Las innovaciones del proyecto de Toyota, Suzuki y Subaru
El proyecto de biocombustibles ya tiene una ruta trazada para impulsar la sostenibilidad en la producción de estos productos químicos.
En primera instancia, ha trazado un mapa circular de producción que por un lado permite cultivar y cosechar maíz para el bioetanol, sin crear una competencia con el sector de alimentos y agricultor.
Por otro, permitirá la captura y reinyección de oxígeno y dióxido de carbono para la producción de hidrógeno verde, y finalmente estos elementos serán utilizados para la producción del biocombustible como tal.
Se trata de un esquema circular que permitiría una sostenibilidad de muy alto nivel en la producción de estos compuestos.
La sede de esta unidad de producción estaría localizada en Fukushima, Japón. Y aunque las compañías no revelaron una fecha tentativa en la que el primer galón de biocombustible esté en el mercado, se puede esperar que esta iniciativa aporte lo suficiente en el mercado de combustibles renovables.