Hugh Jackman, el actor australiano que se inmortalizó por sus papeles de Wolverine, en la serie de filmes de Marvel, X-Men, está a punto de encarnar de nueva cuenta su papel más famoso, en esta ocasión fuera del universo central de los mutantes: será en la película Deadpool 3, cuyo rodaje inicia este 2023 y se espera que se estrene a finales de 2024.
El actor tenía 30 años cuando se puso por primera vez en la piel de Wolverine, también conocido como James ‘Logan’ Howlett: un atormentado transportista canadiense que caen las manos de un programa ultrasecreto de nombre Weapon X que lo utiliza como experimento y lo transforma en un poderoso mutante.
Hugh Jackman apareció como Wolverine en la primera película de los X-Men en el 2000, y en todas las películas subsecuentes; incluso apareció en varios spin-offs en solitario.
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Sin embargo, ninguna de esas películas llegó a la altura de Logan; la historia que le da muerte al personaje y que fue hasta ahora la última interpretación del actor. La película fue dirigida por James Mangold y se considera un éxito de la crítica y la taquilla.
Este filme tiene una curiosa historia que involucra a un auto muy raro: un Chrysler E8 que crearon exclusivamente para la película, y cuyo año de producción era el 2024. La historia del auto la contamos a continuación.
El Chrysler E8 de Hugh Jackman en Logan
La película Logan es muy diferente a otras del universo Marvel; nos muestra a un Logan en un futuro postapocalíptico; viejo, desgastado y ganándose la vida como conductor de una limusina bajo demanda, algo así como un ‘uber’ de lujo.
Las cosas comienzan a complicarse, y Logan se ve forzado a ser Wolverine una vez más: se enfrenta descarnadamente a enemigos de toda clase, perseguidores, policías y otros mutantes malvados.
Todo con ayuda de su limusina, una Chrysler E8 modelo 2024… Lo curioso es que este modelo en realidad no existe. Es un Chrysler 300 que el director del filme creó junto con expertos de General Motors para la película.
La transformación del auto original es considerable: modificaron todo el capó y los laterales del auto para darle ese aspecto ligeramente futurista, aunque desgastado. El trabajo que hicieron fue prácticamente como diseñar un nuevo auto, ya que, para las escenas de la película, el Chrysler E8 ficticio tenía que ser completamente funcional.
El auto es un personaje más de la película, y de alguna manera es una extensión del cuerpo de Wolverine: soporta de todo, fuego, tiros, batazos y explosiones.
Al día de hoy, después de seis años de estrenada la película, el Chrysler E8 de Wolverine y Hugh Jackman sigue siendo uno de los principales atractivos de la película, que ganó casi una decena de premios de la crítica especializada, y hasta tuvo una edición en blanco y negro.