Adquirir un auto usado puede ser una excelente opción para ahorrar dinero, pero uno de los pasos más importantes tras la compra es realizar el cambio de propietario. Este trámite, obligatorio ante las autoridades estatales, garantiza que el nuevo dueño quede legalmente registrado y evita problemas futuros como multas o adeudos no reconocidos.
El proceso varía ligeramente según la entidad federativa, aunque en general sigue un procedimiento similar. De acuerdo con la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (SEMOVI), el primer paso es verificar que el vehículo no tenga reporte de robo ni adeudos de tenencia, verificaciones o infracciones. Esto se puede hacer a través del portal oficial de la dependencia o del Registro Público Vehicular (REPUVE), donde el historial del auto se consulta con el número de serie (NIV).
Una vez confirmada la legalidad del vehículo, el comprador y el vendedor deben firmar un contrato de compraventa que incluya datos de ambos, características del auto, como marca, modelo, número de serie, placas; y el precio acordado. Este documento servirá como respaldo legal del cambio de propiedad.
Posteriormente, el nuevo propietario debe acudir a las oficinas de control vehicular de su estado o hacerlo en línea si la plataforma local lo permite. En la mayoría de los casos, se requiere presentar:
- Identificación oficial vigente
- Comprobante de domicilio
- Factura original y, si aplica, carta factura
- Tarjeta de circulación
- Comprobante de pago de derechos
- Contrato de compraventa
¿Cuánto cuesta el trámite para cambiar de dueño un auto?
Por ejemplo, en la Ciudad de México el trámite puede hacerse mediante el portal de la SEMOVI, mientras que en otros estados como Jalisco o Nuevo León se gestiona ante las respectivas secretarías de movilidad o finanzas.
El costo también varía, en 2025, oscila entre 300 y 900 pesos, dependiendo del estado. Sin embargo, lo más importante es realizar el cambio dentro de los 15 a 30 días posteriores a la compra, ya que circular con documentos a nombre del antiguo dueño puede generar multas o complicaciones ante un accidente o infracción.
