Comprar un auto usado puede parecer una opción más económica que adquirir uno nuevo, pero muchos compradores subestiman los gastos adicionales que surgen después de la compra. Estos costos pueden variar según el estado del vehículo, el lugar de adquisición y las condiciones del mercado, por lo que es importante tenerlos en cuenta antes de cerrar el trato.
Uno de los primeros gastos es la verificación y regularización de documentos. De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el comprador debe asegurarse de que el vehículo no tenga reporte de robo, multas, adeudos de tenencia ni problemas con el Registro Público Vehicular (Repuve). En algunos estados, como la Ciudad de México y el Estado de México, la verificación vehicular también es obligatoria y tiene un costo aproximado de entre 500 y 700 pesos por trámite.

Otro gasto importante es el cambio de propietario, que se realiza ante la Secretaría de Movilidad local. Este proceso implica el pago de derechos, que en promedio ronda los mil a mil 500 pesos, dependiendo de la entidad federativa. No realizar este trámite puede generar problemas legales o fiscales, ya que las multas o infracciones futuras seguirán registrándose a nombre del dueño anterior.
Además, se recomienda realizar una inspección mecánica y estética profesional antes de finalizar la compra. Según el portal especializado Autocosmos México, una revisión completa puede costar entre mil 500 y 3 mil pesos, pero ayuda a detectar fallas ocultas en motor, frenos o suspensión que podrían representar reparaciones más costosas a largo plazo.
Más gastos al comprar un auto usado
El seguro automotriz es otro gasto que no debe pasarse por alto. Aunque el auto sea usado, en la mayoría de las entidades federativas es obligatorio contar con al menos una cobertura de responsabilidad civil. El costo depende del modelo, año y estado del vehículo, pero suele oscilar entre 4 mil y 8 mil pesos anuales, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Finalmente, deben considerarse gastos iniciales de mantenimiento, como cambio de aceite, llantas o baterías, que pueden sumar entre 3 mil y 10 mil pesos según el estado del auto.