Viajar por carretera en familia puede ser una experiencia inolvidable, pero cuando se lleva a niños a bordo, la planificación y las medidas de seguridad deben ser una prioridad absoluta. Un trayecto largo puede convertirse en un reto si no se toman precauciones adecuadas, por lo que es fundamental conocer las recomendaciones básicas para proteger a los menores y evitar incidentes durante el trayecto.
Uno de los puntos más importantes es el uso correcto de sistemas de retención infantil (SRI). Estos dispositivos reducen hasta un 75% el riesgo de muerte y lesiones graves en caso de accidente. Cada asiento debe seleccionarse según la edad, estatura y peso del niño, además de instalarse conforme a las instrucciones del fabricante. Los bebés deben ir en sillas tipo “nido” mirando hacia atrás, mientras que los niños mayores deben pasar a elevadores con respaldo hasta que alcancen los 135 cm de altura, momento en el que pueden usar el cinturón normal.

También es indispensable que los menores siempre viajen en el asiento trasero, ya que es la zona más segura del vehículo. Bajo ninguna circunstancia los niños deben ir en brazos, en el regazo de un adulto o sin sujeción, incluso en trayectos cortos. Asimismo, se recomienda activar el seguro para niños en las puertas para evitar aperturas accidentales.
Mantener un ambiente cómodo y entretenido es clave para evitar distracciones al conductor. Se pueden preparar juegos, películas descargadas o música infantil y realizar paradas cada dos o tres horas para que los niños caminen, usen el baño y se refresquen. Una mala postura, aburrimiento o hambre pueden provocar llanto o movimientos bruscos que afecten la concentración de quien maneja.
Prepara tu auto para viajar con niños en carretera
Otro aspecto importante al salir a carretera es planificar el equipaje para que nada obstruya la visibilidad ni pueda convertirse en proyectil en caso de frenado. Maletas y objetos pesados deben ir bien sujetos en la cajuela, mientras que los artículos esenciales como pañales, agua, toallitas, medicamentos, kit de primeros auxilios, etcétera; deben colocarse a la mano de un adulto, nunca del conductor.
Por último, es fundamental revisar el estado del vehículo antes de salir de viaje: frenos, llantas, niveles de aceite, luces y combustible. Un auto en mal estado incrementa significativamente el riesgo de incidentes, sobre todo con pasajeros vulnerables.