El Impuesto Sobre Automóviles Nuevos, mejor conocido como ISAN, es un impuesto federal que se aplica en México a la compra o importación de autos nuevos. Su objetivo principal es recaudar recursos mediante la adquisición de vehículos recientemente fabricados y, al mismo tiempo, regular el mercado automotriz en el país. Está establecido en la Ley Federal del Impuesto Sobre Automóviles Nuevos, publicada en el Diario Oficial de la Federación y administrado por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Dicho impuesto debe ser pagado por toda persona física o moral que compre un auto nuevo, ya sea en una agencia automotriz dentro del territorio nacional o al importar un vehículo nuevo o usado reciente que cumpla con las condiciones legales de importación. En el caso de carros comprados en agencias, el ISAN ya viene incluido en el precio final que paga el consumidor; por ello muchas personas desconocen que lo están pagando, pues la agencia es la encargada de retenerlo y enterarlo al SAT.
Para calcular el ISAN se toma en cuenta el valor total del vehículo, incluyendo accesorios, equipo especial y cualquier otro añadido que modifique el costo final. No se consideran descuentos, bonificaciones o promociones aplicadas por la agencia. El impuesto se determina con una tabla progresiva, lo que significa que mientras más alto es el valor del auto, mayor será el monto. Por ello, los coches de gama alta o de lujo suelen pagar más que los modelos económicos o compactos.
¿Cuáles son los autos que no deben pagar ISAN?
No todos los vehículos están obligados al pago de este impuesto. Existen exenciones para vehículos eléctricos, híbridos con motor eléctrico recargable, autos adaptados para personas con discapacidad, motocicletas, tractores agrícolas y vehículos blindados destinados a seguridad pública. Asimismo, autos usados dentro del territorio nacional no pagan ISAN, ya que sólo se aplica cuando el vehículo es nuevo en su primera venta o importación.
El ISAN es independiente de otros impuestos relacionados con los vehículos, como la tenencia, el refrendo o el IVA; por lo tanto, comprar un auto nuevo puede implicar varios tipos de gravámenes adicionales según el estado donde se emplace la unidad.
