Vender un auto usado a través de plataformas digitales como Facebook Marketplace o empresas especializadas como Kavak se ha vuelto cada vez más común en México. Sin embargo, muchas personas desconocen que esta operación puede generar obligaciones fiscales ante el SAT, incluso cuando se trata de una venta entre particulares. Ignorar estos aspectos puede derivar en revisiones, aclaraciones o sanciones fiscales.
Desde el punto de vista fiscal, la venta de un vehículo se considera una enajenación de bienes. Esto significa que, si al vender tu auto obtienes una ganancia, es decir, si el precio de venta es mayor al precio al que lo adquiriste, podrías estar obligado a pagar Impuesto Sobre la Renta (ISR). El SAT establece que esta ganancia debe declararse en la declaración anual correspondiente al ejercicio en el que se realizó la transacción, siempre que no aplique alguna exención.
Existe una exención parcial prevista en la Ley del ISR cuando la venta del vehículo no supera ciertos límites de valor y se trata de bienes de uso personal. No obstante, si el monto excede lo permitido o si realizas ventas de autos de forma frecuente, el SAT puede considerar la actividad como habitual, lo que elimina el carácter de exento y obliga a declarar el ingreso completo.
Cada plataforma funciona diferente al vender un auto
Si vendes tu auto por Facebook Marketplace, la responsabilidad fiscal recae directamente en el vendedor. Aunque la plataforma solo funciona como medio de contacto entre particulares, el SAT puede identificar operaciones relevantes a partir de movimientos bancarios, especialmente si el pago se realiza mediante transferencia electrónica. Por ello, es fundamental conservar la factura original del vehículo, el contrato de compraventa y los comprobantes de pago, ya que estos documentos sirven para demostrar el costo de adquisición y calcular correctamente si hubo o no ganancia.
Cuando la venta se realiza a través de Kavak, el proceso suele ser más estructurado. La empresa actúa como intermediaria o compradora directa y, en muchos casos, retiene impuestos o proporciona documentación fiscal, como comprobantes de la operación. Aun así, el vendedor debe revisar si la transacción generó una ganancia gravable y, de ser así, reflejarla en su declaración anual, ya que la responsabilidad final sigue siendo del contribuyente.
Otro punto relevante es que no emitir factura cuando corresponde o no declarar ingresos puede ser detectado por el SAT mediante cruces de información bancaria. Las autoridades fiscales han reforzado la vigilancia sobre operaciones digitales, por lo que vender un auto “como particular” no significa que esté fuera del radar fiscal.
