En México, muchos contribuyentes se preguntan si es posible deducir gastos de mantenimiento vehicular, como servicios mecánicos, refacciones, afinaciones o reparaciones, cuando el auto no está a su nombre, sino al de un familiar, socio o incluso la empresa donde trabajan. Por ello, te compartiremos las reglas fiscales establecidas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) que deben cumplirse para evitar problemas en una revisión.
De acuerdo con la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), para que un gasto sea deducible debe cumplir, entre otros requisitos, con ser estrictamente indispensable para la actividad del contribuyente. Esto significa que, aunque el auto esté a nombre de otra persona, el gasto de mantenimiento puede deducirse se utiliza de manera comprobable para actividades profesionales o empresariales del contribuyente que pretende hacer la deducción.
Un punto clave es la facturación. El comprobante fiscal digital por internet (CFDI) del mantenimiento debe estar emitido a nombre del contribuyente que deduce, no necesariamente del propietario del vehículo. Además, el pago debe realizarse por medios electrónicos cuando el monto supera los límites establecidos por la ley. Si la factura está a nombre de otra persona, el SAT puede rechazar la deducción.
Otro aspecto relevante es la relación entre el contribuyente y el vehículo. En la práctica, el SAT suele aceptar la deducción cuando existe un vínculo comprobable, como un contrato de comodato, arrendamiento o uso del vehículo. Este documento no siempre se solicita de inmediato, pero puede ser requerido en una auditoría para justificar por qué se deducen gastos de un auto que no está registrado a nombre del contribuyente.
Restricciones al deducir gastos de mantenimiento de un auto
La ley establece topes para la deducción de automóviles y sus gastos asociados, y solo permite deducir el mantenimiento en proporción al uso del vehículo en la actividad económica. Si el coche se usa tanto para fines personales como profesionales, únicamente es deducible la parte correspondiente a la actividad fiscal.
En el caso de personas físicas con actividad empresarial o profesional, la deducción del mantenimiento suele ser más común. Para asalariados, en cambio, no es posible deducir estos gastos, aun cuando el auto sea necesario para trasladarse al trabajo, ya que no se considera un gasto estrictamente indispensable según la legislación fiscal vigente.
