En México, una de las preocupaciones más frecuentes entre los automovilistas es la posibilidad de que algunas gasolineras alteren la calibración de sus bombas para entregar menos combustible del que se cobra. Aunque no se trata de una práctica generalizada y la ley lo sanciona de manera severa, existen antecedentes documentados por autoridades como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), que de manera periódica realiza operativos de verificación donde se revisan dispensarios, calibración y cumplimiento de normas. Cuando se detectan irregularidades, las estaciones pueden ser inmovilizadas y sancionadas.
La alteración de la calibración implica modificar los sistemas de medición para que el dispensador marque más litros de los que realmente entrega, lo que se traduce en pérdidas económicas para el consumidor. Este tipo de manipulación se realiza mediante ajustes electrónicos o un hardware adicional, pero su detección requiere revisión técnica especializada. Sin embargo, los conductores pueden identificar señales que podrían despertar sospechas y motivar una denuncia.
Señales de una bomba alterada
Una primera señal es cuando el tanque nunca se llena con la cantidad de litros que normalmente cabría según su capacidad real. Si en repetidas ocasiones se pagan, por ejemplo, 48 litros en un auto cuyo tanque es de 45 y no aparece completamente lleno, es motivo de atención. También puede ser indicio la rapidez inusual en la que la bomba completa el llenado, ya que un flujo excesivamente rápido puede significar un conteo inflado.

Otra es una variación significativa respecto al rendimiento habitual del vehículo. Si después de cargar en cierta gasolinera el vehículo rinde muchos menos kilómetros por litro sin cambios en manejo o condiciones, es posible que se haya recibido una cantidad menor de combustible. Asimismo, si el personal se niega a realizar prácticas básicas de transparencia como poner el dispensador en ceros antes de iniciar o mostrar la lectura al finalizar, es recomendable desconfiar y solicitar supervisión del encargado.
El comportamiento del personal también puede ser un factor. Un operador que intenta distraer al conductor, bloquea la vista del marcador o presiona el gatillo antes de tiempo puede estar intentando manipular la entrega.
Finalmente, en caso de sospecha, los consumidores pueden solicitar una verificación inmediata en la estación, registrar el hecho con video y levantar una denuncia ante Profeco con datos como hora, número de estación y ticket. También se recomienda consultar los resultados públicos del programa “Quién es Quién en los Combustibles”, donde se reportan gasolineras sancionadas y confiables.